Este domingo la plaza Pedro Zerolo, en el barrio madrileño de Chueca, izaba una bandera LGTBI “permanente” que no ha estado exenta de polémica. Desde el punto de vista estrictamente político, la vicealcaldesa de la ciudad, Begoña Villacís, fue la única representante de la derecha que acudió al acto.

Ningún miembro del PP le acompañó, ni siquiera el alcalde José Luis Martínez-Almeida. Tampoco estuvo presente nadie de Vox, y es que el partido ultra se abstuvo en el momento en el que se votó la propuesta del Ayuntamiento. Los ‘populares’ apoyaron esta medida, aunque lo hicieron en un aparente error a la hora de transmitir su postura. Quienes sí acudieron este domingo a la emblemática plaza fueron, entre otros, Pepe Aniorte, Santiago Saura, Sofía Miranda (Cs), Mar Espinar, Emilia Martínez (PSOE) o Mar Barberán (Más Madrid).

Villacís habló de Madrid como una ciudad que representa “el aire que respira fuera del armario” y aseguró que “los derechos que hemos conseguido entre todos no son moneda de cambio, son de todo el pueblo de Madrid". También lamentó que en Europa “se están dando pasos atrás” en este sentido y que hay que estar “muy alerta” para que los derechos no involucionen.

 

¿Bandera permanente o provisional?

La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, se ha pronunciado también sobre este hecho. La representante de la formación que a nivel nacional lidera Íñigo Errejón, ha acusado a Villacís de llevar a cabo un acto “propagandista”, aunque ha dejado claro que su partido siempre estará “con la bandera y con no recortar las ayudas”.

La coordinadora de Ciudadanos Chamartín,Laura Zapata, ha salido en defensa del partido naranja en Twitter, manteniendo que “en el propio acto” se explicó que iba a ser provisional hasta que finalizasen las obras en la plaza. “En cuanto finalicen, se instalará un mástil fijo de 10 metros”, escribía.

Almeida se negó a colgar la bandera en el Orgullo

El alcalde madrileño ya se negó a colgar la bandera arcoíris de la fachada del Ayuntamiento en la semana del Orgullo LGTBI. Lo hizo respaldándose en una sentencia del Supremo según la cual, defendía que esta “no se podía colgar”.

"El año pasado ya se cumplió la sentencia del Supremo por unanimidad del equipo de Gobierno, que nos asesoraron y nos dijeron que no se podía colgar la bandera. No ha habido cambio de doctrina del Tribunal Supremo y parece difícil que podamos colgar la bandera”, alegaba el pasado verano. Por aquel entonces Villacís dijo que “le encantaría” poner la bandera, pero que no iba a “cometer ilegalidades”. Sin embargo, la realidad fue que cientos de ayuntamientos de toda España sí la colgaron de sus edificios principales.

La decisión del consistorio madrileño fue muy criticada por el colectivo, que desplegó, por medio de los organizadores del Orgullo,  una bandera arcoíris de 700 metros en la Gran Vía madrileña, entre la calle de Alcalá y la Plaza de Callao. La alcaldía terminó así con una tradición que se hizo durante los años en los que gobernó Manuela Carmena y fue criticada por postularse "cerca" de Vox, quienes amenazaron con presentar mociones de censura contra los ayuntamientos que pusieran la bandera.

La realidad es que la bandera LGTBI sí puede ondear en edificios públicos, ya que representa a un movimiento social y colectivo, por lo que queda amparada por la ley. El caso contrario se daría si respondiera a una causa independentista o si faltara el respeto a alguien (por ejemplo, a las víctimas de ETA o del franquismo).