“Cómo voy  a estar preocupado si no se manifestó ninguno de mis votantes”Entomólogos de todo el mundo viviseccionan esta sorprendente rareza comunicativa llamada Trump. Tanto erudito semiótico y superespecialistas en redes sociales ahorrarían tiempo y dinero si supieran que en décadas anteriores el cineasta Howard Hawks aplicó la misma medicina que el nuevo presidente. Cuando le preguntaron por el éxito de sus westerns en las pantallas estadounidenses respondió que sus personajes eran gente mediocre y que, en consecuencia, conectaban perfectamente con la mediocridad de sus conciudadanos.

Trump también tuvo en Balears un destacado precursor: el expresidente Gabriel Cañellas. Durante su primera legislatura recibió mucha leña de la prensa, que lo tildó de “tractorman” por su afición a la dialéctica payesa aplicada a la política. Sus meteduras de pata eran constantes, las críticas periodísticas fueron feroces, no parecía dar la talla por ningún lado y nadie daba su duro por él en las siguientes elecciones. Pero, ante la sorpresa general, ganó con holgura.

Cañellas fue un Trump “avant la lettre”. El mallorquín logró la fórmula magistral usada 30 años después por el norteamericano. Concluyó que la prensa era algo para mentes sesudas, que no llegaban ni al 5% del censo electoral. Podía dirigirse directamente a los votantes de uno en uno y decirles lo que querían oír. No hubo local de la Tercera Edad que no visitara, abría asambleas de asociaciones colombófilas y no desperdiciaba bodas ni bautizos a condición de que hubiera más de 300 invitados. Y, sobre todo, no se despistaba de su objetivo. Recuerdo que en una entrevista le pregunté si estaba preocupado por una reciente y nutrida manifestación en Palma para la protección del paisaje y en contra de sus políticas territoriales. La respuesta fue precisa: “Cómo voy  a estar preocupado si no se manifestó ninguno de mis votantes”.

Hoy, con Twitter en la mano, ya no es preciso tanta visita y ajetreo. La entonces indispensable presencia ha sido sustituida con buenos resultados por la actividad en redes, donde es posible llegar al público requerido sin esfuerzo. Levantas una piedra y encuentras pozos de anónima mediocridad que moldeas a tu gusto. Un chollo.