El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha fichado a Encarnación Burgeño, hija del ideólogo de la privatización de la sanidad madrileña, Antonio Burgueño, para gestionar la crisis en las residencias de la Comunidad. Junto a las UCIs, estos centros de mayores se han convertido en el principal foco de contagio del coronavirus, con especial mortandad debido a la población de riesgo de los ancianos residentes.

Según expuso la propia Isabel Díaz Ayuso en una entrevista en Cadena Ser, en el mes de marzo se han registrado cerca de 3.000 muertes por coronavirus en las residencias. Una cifra que triplica los dígitos habituales. Mientras los grupos de la oposición exigen mayor transparencia en la gestión, denunciando el oscurantismo con las cifras de la administración regional, la presidenta popular ha decidido dar respuesta adoptando dos grandes decisiones: la primera fue retirar las competencias a la consejería de Políticas Sociales, liderada por el diputado de Ciudadanos Alberto Reyero, para gestionar la pandemia desde el mando único liderado por Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad y mano derecha de la propia Ayuso; y, una semana más tarde, el segundo gran anuncio regional ha sido colocar a Encarnación Burgueño como apoyo puntual para lidiar con la difícil situación que atraviesan los centros de mayores

Sin embargo, este nombramiento no está exento de polémica. Además de la hemeroteca privatizadora de su padre, que también ha sido puesto al frente de la coordinación sanitaria de la Comunidad de Madrid, Encarnación Burgueño no presenta la experiencia que se le presupone para hacer frente con eficacia a esta crisis. Según explica el diario El País, en los últimos años ha sido jefa de ventas de Telepizza, trabajadora de una inmobiliaria y teleoperadora.

“Si trabajo ahora para ellos es porque presentamos un proyecto muy bueno a la Dirección General de Coordinación Socio-sanitaria y les gustó. Que mi padre sea quien es no tiene nada que ver, nunca me he aprovechado de eso”, ha expuesto la asesora al medio previamente mencionado, tratando de apartarse de un posible ‘enchufismo’ popular.

Tres semanas después de volver a contar con los servicios de su padre

Y es que el pasado jueves 12 de marzo la Comunidad de Madrid anunció que Antonio Burgueño pasaba a engordar el número de expertos que asesorarían a Isabel Díaz Ayuso para hacer frente a la pandemia. Un virus que ha sacado a la luz las debilidades de un sistema sanitario golpeado con los años y los recortes. Falta de recursos que casa con las políticas populares defendidas en los últimos años, especialmente por promotores del “plan ahorro” que defendía Burgueño ya en el año 2013.

Las críticas no tardaron en llegar. José Ramón Arribas, jefe de Enfermedades Infecciosas de La Paz-Carlos III, mostró su malestar en redes sociales: “Respetuosamente le solicitamos que reconsidere el nombramiento de Antonio Burgueño como coordinador frente a COVID-19, una persona que cuenta con el rechazo de gran parte de la sanidad madrileña”.

La diputada y portavoz en cuestiones sanitarias de Más Madrid, Mónica García, también expresó su temor. Lo hizo recuperando un vídeo antiguo en el que se podía ver a Burgueño considerar como entrañable que la consulta de atención primaria costase entre 30-50 euros o calificar como un “entorno empresarial de inversión” a la sanidad pública.