Un pueblo entero, Sejas de Aliste, con sus 143 vecinas y vecinos, uno de los cuales falleció durante aquellos momentos de angustia, tuvo que ser desalojado a mediados de agosto de 2024 a consecuencia del incendio de Trabazos (Zamora), que estuvo activo ocho días, varios en Nivel 2 de peligrosidad, y arrasó 256 hectáreas en la misma provincia que sufrió los inmensos fuegos de la Sierra de la Culebra en 2022.
Desde un primer momento las sospechas de los investigadores se inclinaron hacia el lado de la balanza de que el incendio fuera provocado, algo que se confirma ahora, cinco meses más tarde, cuando la Guardia Civil divulga la investigación abierta contra un cazador, vecino de la zona, que supuestamente prendió llama directamente al combustible vegetal “por motivaciones cinegéticas”.
51 medios de extinción y un vecino muerto en el desalojo
El incendio, en el que se desplegaron 51 medios de extinción, entre ellos 9 aeronaves, de la Junta de Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica, incluida la Brigada de Refuerzo de Tabuyo, con base en León, se inició el 17 de agosto con gran virulencia y fue declarado Nivel 2 al poco de ser detectado en el término municipal de Trabazos.
Poco después se decidió desalojar a la población de Sejas de Aliste, 143 personas que fueron trasladadas al Polideportivo de Alcañices, y durante la evacuación se registró el fallecimiento de un vecino de la localidad, de 65 años, a consecuencia de un infarto.
Pero estas no fueron las únicas consecuencias del acto del que ahora se acusa al cazador investigado. El incendio obligó al corte de la carretera N-122 y calcinó un total de 256,4 hectáreas de masa forestal, poniendo en riesgo, lógicamente, no solo a los vecinos y vecinas, que tuvieron que abandonar sus casas, sino también a las decenas de profesionales del operativo que lucharon contra las llamas durante más de una semana.
Una compleja investigación del SEPRONA
Al tiempo que la Guardia Civil desplegaba el dispositivo de protección de personas y bienes desde las primeras horas, la investigación de las causas se puso en manos del SEPRONA y el personal del Servicio de Medio Ambiente del Gobierno autonómico, que enseguida apuntaron a la mano del hombre.
Desde el cuerpo armado se explica que en cuanto se empezó a reconstruir la evolución y el avance de las llamas se descartaron las causas naturales o accidentales y empezó a resultar evidente que el fuego había sido “provocado por aplicación de llama directa sobre combustible vegetal”.
Tras recoger, estudiar y analizar pruebas durante esos días y tomar declaraciones y localizaciones bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Zamora, el análisis ha llevado, la semana pasada, hasta un cazador del entorno de Trabazos como supuesto autor del delito de incendio forestal, de lo que se ha dado traslado a la Fiscalía de Medio Ambiente.
El Código Penal contempla penas que aplicadas en su grado máximo pueden conllevar prisión de cinco años y multa de 18 meses, agravadas hasta los 20 años en el supuesto de que exista peligro para la vida o integridad física de las personas.