La semana pasada, la líder del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, se desplazó hasta Ourense para participar y solidarizarse con la protesta que pedía la paralización del traslado del hospital materno-infantil de esta ciudad hasta que se ofrezca una alternativa con “condiciones dignas” a las mujeres a punto de dar a luz.

En el marco de este evento abogó por la necesidad de detener el traslado porque, según ella, “en el mejor de los casos, estamos hablando de que se tardaría cinco años en volver a recuperar la actividad normal” en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, CHUO.

Pontón argumentó durante la protesta que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, “quiere que las mujeres de Ourense den a luz en unas condiciones que son deplorables y propias de un país tercermundista y no de uno desarrollado”.

Atendiendo las reivindicaciones de las convocantes, la portavoz nacionalista lanzó la pregunta a Rueda de si considera que, en pleno siglo 21, es adecuado que las ourensanas tengan que parir en “una zona donde no hay lavabos, ni agua corriente”; si cree que una mujer “durante el proceso de dilatación puede estar en una sala en la que no dispone de la más mínima intimidad”.

Estas y otras quejas y afirmaciones fueron hechas públicas por Ana Pontón para solidarizarse con esta protesta.

La respuesta a estas y otras quejas la ha ofrecido hoy, no Alfonso Rueda, sino el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, quien lo primero que ha resaltado es la “calidad y la seguridad de las instalaciones habilitadas para albergar los servicios del Hospital Materno Infantil de Ourense, cuyo traslado comienza hoy”.

Con una inversión de 2,7 millones de euros durante una visita celebrada este mismo martes no ha dudado en poner en valor que las obras de reforma se guían por “los más altos estándares de calidad, seguridad y confort”, como han destacado desde este departamento autonómico.

Además de presumir de haber cumplido los plazos fijados para la conclusión de los trabajo, Gómez Caamaño no dudo a la hora de garantizar que el traslado, cuyo inicio está previsto para esta tarde, “estará finalizado en los próximos días”.

El propio conselleiro ha indicado que las áreas de Pediatría, la UCI de neonatos y la UCI pediátrica, además de Obstetricia, Hospitalización de Obstetricia y Partos son servicios conectados entre sí, de ahí que, por motivos de seguridad y comodidad, se debe llevar a cabo su traslado de forma conjunta.

Lo más polémico

El aspecto más controvertido de todo el proceso es el relativo a los paritorios, contra el que se ha generado un movimiento social importante que ha provocado diferentes protestas como la realizada la pasada semana con presencia de la líder del BNG, Ana Pontón.

Desde la Consellería de Sanidade se ha reconocido que esta es uno de los apartados de la reforma “de mayor impacto”, ya que supone la puesta en marcha del área provisional de paritorios mientras “no finalice la construcción de la nueva unidad en el edificio quirúrgico”.

A pesar de las quejas, Gómez Caamaño ha señalado que el área elegida de forma provisional dispone de “todos los recursos necesarios”, así como de “los mismos espacios e instalaciones que tenía en el Materno, con la ventaja de que es un área completamente renovado frente a otra con más de 50 años”.