En estos tiempos de COVID los mensajes catastrofistas compiten con los optimistas. En muchas ocasiones, uno y otros, tienen detras intereses políticos o de cualquier otro tipo. Que la pandemia está desbocada, es algo que casi nadie, excepto algún que otro conspiranoico, pone en duda. Que ya no hay región que se libre milagrosamente de su propagación, es algo que tampoco se puede rebatir.

Una de esas Comunidades Autónomas que, a pesar de sus consecuencias siempre terribles, fue capaz de sortear las cifras que se dieron a nivel nacional en la primera ola es Galicia. Es verdad que ya en la segunda fase de esta crisis sanitaria esos datos se parecieron más a los del resto del Estado, algo que a día de hoy es muy evidente.

Sin ir más lejos, este viernes la región gallega ha vuelto a superar su récord de nuevos positivos en un día con 1.802, lo que sitúa el número de casos activos en 17.125.

Seguramente la Xunta de Galicia anuncie en las próximas horas más medidas restrictivas para tratar de frenar la expansión, hasta ahora imparable, de la pandemia.

Sin embargo, a tenor de lo que reclaman algunas organizaciones, la administración gallega debería adoptar otro tipo de decisiones, también drásticas y relacionadas con el COVID-19. Lo dice, por ejemplo, Adega.

La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza es muy contundente al advertir de que la región se "expone“ a una verdadera "bomba pandémica“ si el Gobierno regional no cierra cuanto antes y con rapidez las granjas de visón repartidas por las cuatro provincias.

En concreto, recuerdan desde la ONG que el foco de COVID detectado esta semana en ejemplares de una instalación situada en la lacalidad coruñesa de A Baña (el segundo que se da en España) conllevará la eliminación de más de 3.100 visones americanos.

El aviso de Adega es serio. Según los datos que aporta, responde a las decisiones tomadas en otros países con tradición en la explotación de este tipo de granjas, como Holanda y Dinamarca donde, recuerda, "fueron numerosos los casos de coronavirus“, hasta el punto de provocar, "en el caso danés, el cierre de las 1.200 granjas que existen“.

Transmisión a humanos

"Desconocemos si afectó (el caso de A Baña) solo a animales o también a personas“, afirman los ecologistas, al tiempo que recuerdan que en otros Estados europeos "se llegaron a documentar transmisiones de visones a humanos en granjas“.

Sin embargo, ayer algunos medios desechaban esta posibilidad y la Asociación Española de Criadores de Visón (AGAVI) señaló a través de un comunicado que "las condiciones epidemiológicas del sector en España y Galicia difieren notablemente de las que se dan en países como Holanda y Dinamarca“. Explicaron que aquí "no se produce contratación de trabajadores temporales de terceros países“, además de subrayar que "las explotaciones están aisladas de las demás granjas y núcleos de población".

A pesar de la polémica, los criadores también afirmaron que el sector sigue todos "los protocolos establecidos y con total transparencia“, lo que también se ha cumplido en el caso gallego.

Adega, no obstante, insiste en la necesidad de que la Xunta cierre todas las instalaciones de este tipo que hay en la Comunidad. Argumenta que, de no hacerlo, la aparición de "nuevas cepas del virus para las que las actuales vacunas podrían no ser efectivas“, convierte estas granjas en "una bomba pandémica en potencia“.

En la actualidad, hay en Galicia 26 explotaciones activas de este tipo (se calcula que podría haber en total unas 35). No es la primera vez que la polémica se cierne sobre ellas a causa del coronavirus. Así, en septiembre del año pasado, la organización animalista Libera solicitó el cierre de todas ellas mencionando un estudio en el que se analizaban los contagios registrados en varias granjas de los Países Bajos. 

Adega, a la vez que hace la petición -que ya realizó a principios de diciembre de 2020- al Ejecutivo que preside Alberto Núñez Feijóo, pone de manifiesto que la Xunta siempre se mosró "reacia a controlar y limitar la expansión de estas granjas de visión“. Además, acusa a la administración autonómica de "permisividad“, una actitud que, a juicio de los ecologistas, ha convertido Galicia en "paraíso para este negocio, cuando en Europa muchos países establecían moratorias o ponían fecha de caducidad a estas explotaciones“.

Con la aparición del coronavirus, la asociación acusa al Gobierno de Feijóo de "decargar en el Estado la responsabilidad de tomar medidas en las granjas“ en relación con la pandemia, y esto a pesar de tener las competencias plenas en materia de ganadería.

En la actualidad, Galicia acoge el 80% de instalaciones de estas característas que hay en España. Adega reclama a la Xunta que actúe y, en caso de no hacerlo como hasta ahora, que la decisión de cierre la tome el Gobierno central.