Las autoridades sanitarias y científicas repiten una y otra vez, como uno de los mantras para luchar contra la propagación del coronavirus, la necesidad de seguir a rajatabla las medidas de seguridad. Entre ellas, una destaca por encima de las demás: el uso correcto de la mascarilla.
Los gobiernos de las diferentes Comunidades Autónomas se han afanado en poner en marcha acciones informativas y de concienciación. En todas, se insiste en la necesidad de seguir esas recomendaciones que, en algunos casos, son obligatorias.
La Xunta de Galicia es una de las administraciones que más ha insistido en este sentido, con una campaña llamativa bajo un lema: #sentidiño.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los especialistas en salud pública, siempre hay rezagados que, bien deciden no usar la mascarilla porque se dejan llevar por absurdas teorías conspiranoicas, bien no lo hacen debido a que se olvidan en un momento determinado de servirse de un elemento considerado imprescindible para luchar contra la propagación de la COVID-19.
El presidente gallego, sin duda, no puede ser incluido en el primer grupo. En el segundo ya hay dudas porque en más de una ocasión ha sido fotografiado sin mascarilla. La penúltima ocurrió en un acto organizado por su formación, en compañía de Pablo Casado.
Y es la penúltima porque la última se produjo ayer mismo. Alberto Núñez Feijóo salió de su vehículo oficial para dirigirse a saludar al alcalde de Ourense, pero de nuevo, sin mascarilla. Seguramente se debió a un olvido o a un despiste, aunque eso las redes no lo perdonan y en las últimas horas ardían ante la actitud del máximo dirigente gallego.
