La sesión de control de hoy celebrada en el Parlamento gallego no ha servido para despejar la duda de cuándo Alberto Núñez Feijóo dejará la presidencia de la Xunta y dará paso a su sucesor. Lo único que ha dicho es que será en "unas semanas”, por lo que en los pasillos de San Caetano empieza a hablarse de la convocatoria de un Congreso extraordinario que, de manera clara, otorgue legitimidad a quien ha de sustituir al ya máximo responsable nacional del PP.

Ese movimiento es lo que se espera por parte de quien parece tener más papeletas para ser el próximo presidente gallego. Alfonso Rueda es el principal favorito y, tal y como ha sucedido con Feijóo, es lógico que quiera obtener el mayor respaldo orgánico posible, puesto que es también la manera de asegurarse ser el candidato 'popular' a la Xunta en las próximas elecciones.

Hoy, el aún inquilino de Monte Pío, se ha limitado a adoptar el papel de oposición a Pedro Sánchez y ha centrado buena parte de su discurso en la sesión de control, más que a responder a las preguntas, a lanzar acusaciones contra el presidente del Gobierno.

En concreto, sin hablar de "forrarse" como hace algunas semanas, sí que ha aludido al tema tributario.

En este sentido, ha cargado contra el equipo de Moncloa, como si de las Cortes se tratara, hasta el punto de que las críticas a la política impositiva de Sánchez han derivado en la calificación de su Ejecutivo como entre "los peores" de la "Unión Europea" en materia económica.

Además, como está siendo habitual desde el PP en los últimos días, ha insistido en su petición de una bajada de impuestos, como se acordó en la Conferencia de Presidentes celebrada en La Palma.

Más período de "reflexión"

Sin embargo, aunque él se ha empeñado en derivar el mensaje a lo nacional, antes las preguntas de la oposición por parte de Ana Pontón, del Bloque Nacionalista Galego, y Luis Álvarez, del PSdeG, Feijóo ha tenido que responder a los requerimientos acerca de su salida de la presidencia de la Xunta. 

Aunque es verdad que más allá de asegurar que en unas "semanas" dimitirá, poco más ha desvelado. Eso sí, ha pronunciado alguna de esas frases que tanto le gustan como cuando ha afirmado que "no voy a robar un minuto a Galicia".

Ante la insistencia de los portavoces nacionalista y socialista ha aseverado que es "firme" su decisión de no compaginar cargos, si bien ha vuelto a apelar al período de "reflexión" que requiere para cerrar su sucesión.

Lo que sí se observa por su parte es cierta tensión interna, de ahí su réplica a Pontón a la que ha contestado que "no voy a tomarme el tiempo que usted tuvo", en referencia al período que pidió en su momento la líder del BNG, para decidir si seguía o no al frente de su formación. La diferencia importante es que, en el caso de Ana Pontón, ella era dirigente de un partido de la oposición.

Tras su presencia de hoy en Santiago de Compostela, Alberto Núñez Feijóo regresa a Madrid donde mañana tiene previsto reunirse con Felipe VI y el jueves con Pedro Sánchez.

Mientras, en Galicia, seguirán reclamando que abandone la presidencia de la Xunta para que, como señalan las formaciones de la oposición, la región supere la “situación de abandono institucional” en la que se encuentra desde hace ya muchas semanas, debido al proceso electoral interno del PP.

En esta línea se ha manifestado esta mañana el delegado del Gobierno, José Miñones, que ha criticado que la comunidad autónoma está "sin un presidente de la Xunta al frente". Por ello, ha instado a Feijóo a que dé el visto bueno a su relevo porque, según ha dicho a los medios de comunicación, Galicia necesita un Ejecutivo que piense en la ejecución de proyectos y "en la sucesión".

Con todo lo que está sucediendo, en referencia al paro de los transportistas y las consecuencias del conflicto de Ucrania, Miñones ha concluido que la sitaución de "estar sin presidente" no se puede "prolongar en el tiempo".