La aldea gala en la que parecía haberse convertido Galicia en este año y medio de pandemia empieza a dar muestras de debilidad. En realidad, no solo esta región, sino todo el país, que está observando la virulencia con la que está resurgiendo el Covid-19 a causa de las diferentes variantes en las que va mutando, ahora la Delta.

Este mismo miércoles, tras la reunión del Comité clínico que asesora a la Xunta, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, anunció los pasos atrás en la desescalada que proponen los expertos para frenar el avance del coronavirus en la que parece ya una nueva ola de esta crisis sanitaria.

Entre otras, informó del cierre de parques o playas por la noche, medida de difícil cumplimiento si no se recurre al sentido común de los gallegos. ¿Ha previsto el Gobierno regional cómo hacer efectiva esta medida?

Parece más que complicado porque, si bien es cierto que la racionalidad está bastante generalizada entre la ciudadanía, existen elementos, jóvenes y no tanto, que o la dejan en el cajón de la entrada de casa cuando salen por la puerta a determinadas horas.

Da la impresión de que, una vez más, la Xunta vuelve a echar balones fuera porque lo de recomendar está muy bien, pero lo de tomar decisiones y, lo que es más importante, fiscalizar que se cumplan, en Galicia son palabras mayores. Y de esto, por regla general, se tienen que hacer cargo los concellos.

No sería extraño que, en las próximas horas, la Federación Galega de Municipios y Provincias, FEGAMP, levantase la voz como ha hecho en otras ocasiones porque, por mucho que digan los expertos del Comité, no hay policías (locales, autonómicos y nacionales) o guardias civiles suficientes para controlar cada noche las playas del litoral gallego o los parques repartidos por toda la región.

Y qué decir de la pruebas PCR negativas realizadas 48 horas antes de acudir al pub de turno para disfrutar del ocio nocturno gallego. La Xunta, la Consellería, el Comité clínico y el presidente, Alberto Núñez Feijóo, lo determinan. Los hosteleros tienen que cumplirlo, sí o sí, pero ¿están preparados, disponen del personal, quién va a controlar que se sigue la medida? ¿Los policías (de cualquier cuerpo) entre playa y parque?.

Es evidente que la Xunta de Galicia no puede controlarlo todo, ni mucho menos. Es siempre necesaria la colaboración ciudadana y, claro está, de las administraciones locales.

¿Nadie recomendó el cierre?

Sin embargo, como ya ha sucedido en otros momentos anteriores de esta pandemia, Feijóo vuelve a descargar o traspasar la responsabilidad a los entes locales en un momento es que, según palabras de su conselleiro de Sanidade, “la desescalada está en peligro”.

¿De verdad ninguno de los asesores del Comité clínico recomendó esta semana la vuelta al toque de queda? ¿Nadie propuso el cierre, una vez más, del ocio nocturno?

Feijóo, acuciado posiblemente por la presión autoimpuesta debido a la ‘pujanza’ de la nueva lideresa de su partido en Madrid, no se ha atrevido a volver a castigar a uno de los sectores que más ha sufrido y está sufriendo con la pandemia.

Esta semana anunció, en clave interna, la segunda mayor bajada de impuestos de un Ejecutivo autonómico en 40 años. Pero para llegar a ella es necesario que el Xacobeo arranque, que los peregrinos lleguen y que los turistas no religiosos se pasen por Galicia, consuman y compren… Y esto es necesario para que la recuperación se consolide y pueda cumplir la medida de menos impuestos que tanto gusta al PP.

Por eso Feijóo no se atreve. Las peleas internas por un liderazgo del que todavía presume Casado requiere anuncios de relumbrón que no choquen con la palabras ‘libertad’, tan de moda por la Génova madrileña.

El presidente de la Xunta adoptará la medida cuando le acompañen otro barones regionales del PP. Mientras, no y actúa de la misma manera que él ha criticado tantas veces a Pedro Sánchez.

Por ahora, el ocio nocturno se salva, al igual que la hostelería en general. El tiempo dirá si la medida del cierre es reversible porque, de repente, puede convertirse en ‘recomendación del Comité clínico’, junto con el toque de queda. Los datos no ayudan, desde luego. Hoy Galicia, se ha despertado con datos muy negativos: 3.231 casos activos (por encima de 1.390 más que hace una semana), 412 contagios y una tasa de positividad del 5,8%.