Con 4.965 nuevos contagios en las últimas 24 horas que elevan a 56.456 el número de casos activos, la Xunta de Galicia sigue observando con preocupación la escalada de la pandemia en esta sexta ola. Las cifras que ofrece no se habían visto, si bien es cierto que la virulencia de la mutación del Covid-19 actualmente operativa no es tan grave y la gran mayoría de los casos son asintomáticos o con repercusión leve en la salud de los afectados.

Sin embargo, el número tan elevado de positivos ataca de manera fundamental a la Atención Primaria y el Gobierno gallego presidido por Alberto Núñez Feijóo parece no poder poner freno o articular medidas que palíen el colapso.

Esto es lo que se desprende de las denuncias que parten desde diferentes sectores. Es el caso de la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública que ha puesto de manifiesto la “situación extrema” por la que atraviesa el sistema sanitario público de la región y “especialmente los servicios de Atención Primarias y las Áreas Sanitarias”.

Llama la atención, en particular, sobre lo que está sucediendo con centros de salud del área sur de Vigo, que el “Servizo Galego de Saúde (Sergas) decidió cerrar” para patologías que no estén relacionadas “con el Covid-19 o pueda ser calificada como urgente”. Esta es la razón que esgrime la Xunta para proceder a la drástica medida, algo que, no obstante, para los defensores de la sanidad pública tiene lugar, únicamente en la citada zona y “no en el resto de Galicia”.

Se da la circunstancia de que en este área se encuentran localidades como O Rosal, A Guarda, Oia, Cangas, Moaña, Ponteareas, O Porriño, Tomiño e, incluso, Vigo, municipios donde se ha llevado a cabo el cierre de consultas y en los que, “curiosamente se vienen realizando movilizaciones de protesta por las restricciones en la Atención Primaria”, señalan en su denuncia.

Por ello, la conclusión a la que llegan desde la Asociación en Defensa da Sanidade Pública es que se trata de una situación que lleva a pensar en “una represalia” por parte de las autoridades autonómicas en materia de salud “contra localidades que se mostraron muy activas contra el desmantelamiento de la Atención Primaria y los Centros de Salud.

Esta entidad viene denunciando desde hace años la precariedad de la AP en Galicia, algo que se ha puesto de manifiesto y acentuado con la actual crisis sanitaria.

Sin ir más lejos, como balance la Asociación ha mencionado lo que ocurre en lugares solo de la provincia de Pontevedra, como Vilagarcía de Arousa, con solo 4 médicos estos días de un total de 14. En el PAC (Punto de Atención Continuada) de Baltar, en Sanxenxo, donde durante el pasado fin de semana no había personal médico y solo una enfermera y una celadora, lo que obligó al cierre de este servicio de urgencias con lo que los pacientes debían desplazarse 12 kilómetros al PAC de O Grove. En el caso del de Caldas, que ahora mismo funciona con un solo médico lo que “impide atender las urgencias a domicilio”.

Lo anterior responde a la denuncia en materia de Atención Primaria. Sin embargo, las carencias también afectan a los centros hospitalarios comarcales. El caso más llamativo es el del Hospital do Salnés. Este centro que presta servicio a alrededor de 115.000 personas de nueve concellos se ha quedado ahora mismo sin servicio de Farmacia debido a las vacaciones de su titular “cuyo puesto no se cubrió en Navidad”. Esto significa que quien precise algún tipo de tratamiento hospitalario tenga que desplazarse a Pontevedra capital, a 31 kilómetros de distancia.

“Es inaceptable la actitud de inhibición de la Consellería de Sanidade y de la Xunta de Feijóo”, añaden los defensores de la sanidad pública a quienes hacen “responsables de la situación”. Asimismo auguram que “no parece que vaya a cambiar”, tal y como lo demuestra “la reducción del 2% en los presupuestos de Atención Primaria para el 2022”, concluyen.