En la madrugada del 3 de julio de hace 2 años y medio un joven de 24 años moría tras recibir una brutal paliza en plena calle en una zona muy conocida de A Coruña. El enseñamiento del grupo de personas participante se vio a través de los vídeos grabados por cámaras de seguridad de la zona. Su nombre, Samuel Luiz.

Hoy, el Juzgado de Instrucción número 8 de la capital herculina ha dado por finalizada la instrucción del caso de este asesinato, en lo que es el paso definitivo para la apertura del juicio oral.

En el banquillo de los acusados se sentarán un total de cinco personas a las que se les atribuye un delito de asesinato, según ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, "al apreciar circunstancias agravantes de alevosía y ensañamiento".

Los presuntos responsables del ataque que acabó con la vida de Samuel serán juzgados en calidad de coautores. Además, a dos de ellos, un hombre y una mujer, el juez considera que existe el agravante de discriminación por condición sexual.

Asimismo, otro de los investigados se enfrenta, además de a la acusación por asesinato, a la de robo con violencia, en relación al móvil sustraído a la víctima.

Una vez más, como ya sucediera en las semanas y meses posteriores a la muerte de Samuel, las palabras utilizadas por el magistrado ponen de manifiesto la violencia de la que se sirvieron los ahora acusados. Describe en su auto que, en un primer momento, dos de los acusados le dieron a Samuel Luiz patadas y un golpe en la cara y en la cabeza "con el propósito de causar el fallecimiento de la víctima y, en todo caso, siendo conscientes de que sus actos podían causar el fatal desenlace o admitiendo el riesgo que eso conllevaba".

En cuanto a la mujer acusada, el juez señala que "trató de evitar que el posteriormente fallecido fuera auxiliado por una amiga". Según señalan todas las acusaciones, "en poco tiempo se unieron a la agresión otros dos varones" que también serán juzgados, además de dos menores de edad en el momento de los hechos. Ambos fueron condenados ya a tres años de internamiento en régimen cerrado en un centro y por un delito de asesinato.

"Inferioridad" y "desamparo"

Los hechos tuvieron lugar en el paseo marítimo de A Coruña, tras salir el fallecido de un local de ocio. En ese momento se vio rodeado y golpeada, “a merced de la voluntad de su grupo de agresores, en clara situación de inferioridad y desamparo, sin posibilidad alguna de defensa".

Estas afirmaciones coinciden con la descripción realizada por la Fiscalía en su escrito de acusación, en el que indica que hubo una "crueldad extrema" con el objetivo de provocarle la muerte y con una reacción más "virulenta" por la condición de homosexual de la víctima.

Los abogados de la acusación coinciden en solicitar para los dos acusados que consideran que actuaron con el agravante de discriminación por condición sexual, 25 años de cárcel, y 22 para el resto de los procesados. Al que también se atribuye el robo con violencia del teléfono móvil, la petición se eleva 5 años más por tal motivo.

El objetivo es que el juicio tenga lugar antes de los meses de verano y la situación personal de los procesados no variará hasta entonces, es decir, tres de ellos están en prisión y otros en libertad con obligación de comparecencias.

Una de las cuestiones sobre las que ha llamado la atención el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia tiene que ver con las dificultades que se ha encontrado el instructor. En este apartado ha destacado las comisiones rogatorias cursadas a EEUU para poder tener acceso al contenido de cuentas en redes sociales y aplicaciones de los ahora acusados.

Cabe recordar que Samuel Luiz murió en A Coruña en la madrugada del 3 de julio de 2021 debido a la paliza que recibió en el paseo marítimo de la ciudad cuando se hallaba realizando una videollamada con una amiga.

Tal y como ha testimoniado la Fiscalía, en ese momento, uno de los cinco procesados al que otorga la condición de persona que inicia la agresión, pensando que el joven le estaba grabando le amenazó diciéndole "te voy a apuñalar, vas a morir". Ahí comenzó una persecución grabada por dispositivos de videovigilancia que concluyó con la paliza que provocó la muerte de Samuel.

En realidad, la víctima no llegó a morir en la calle, sino en el complejo hospitalario universitario de A Coruña unas horas después. Ni siquiera la intervención de dos pesonas de origen senagalés tratando de ayudar a Samuel, impidió su fallecimiento.

Este suceso generó una gran consternación en la ciudad herculina y conllevó una respuesta social mayoritaria, plasmada en varias manifestaciones y concentraciones de repulsa en las que participaron miles de personas.