En otros tiempos no tan lejanos, no eran extrañas las coincidencias de apellidos en los niveles local y regional de la administración de Galicia. Las diputaciones tampoco se libraban de estas casualidades en las oposiciones. Incluso, algunos rumores apuntan a que, en determinada Consellería, la repetición era (y es) tan evidente que, en ocasiones, se hace la broma de que una reunión se puede trasladar a la comida del domingo en casa.

Probablemente sea cosa de invenciones interesadas. No obstante, ya en su momento, como recordó la diputada en el Parlamento gallego, Patricia Otero, en tiempos de Manuel Fraga el propio dirigente ‘popular’ aseguró, ante las acusaciones de posible enchufismo por parte de su Gobierno, que “los hijos de la gente del PP aprueban las oposiciones porque son más inteligentes”.

Sin existir una evidencia sobre si esto es así porque, como comentó en sede parlamentaria Otero, “no sabemos si está demostrado científicamente”, lo que denunciado hoy por la diputada del PSdeG se parece mucho a lo que decía Fraga, aunque en esta ocasión sin necesidad de pasar un tribunal para acceder a la plaza.

Todo ha sucedido en el pequeño municipio lucense de Riotorto. En esta localidad próxima al límite con Asturias y perteneciente a la comarca de Meira residen, según el último censo, 1.262 personas. Su alcalde, el ‘popular’ Clemente Iglesias, acaba de ser acusado de “enchufismo”. Todo se debe a la contratación de su propia esposa en el Ayuntamiento que él preside. La plaza asignada es la de administrativa en el Concello y ahora, Patricia Otero, acaba de elevar una pregunta a la comisión correspondiente del Parlamento gallego.

No cabe la menor duda, a tenor de las explicaciones de la diputada socialista, de que lo realizado por Iglesias como alcalde con respecto a su propia mujer, si no es ilegal, sí parece reprobable éticamente. Lo que pone en entredicho todo el proceso son las formas o métodos utilizados para la adjudicación de la plaza.

Falta de ética

Según informaron los socialistas, en Riotorto se convocaron tres plazas municipales, si bien, “las bases no se publicitaron” por parte del Ayutamiento y fueron firmadas, únicamente, “por el propio alcalde”. Otero indicó que se trata de un procedimiento que se caracteriza por “una falta de ética sin precedentes”.

Pero como en los mejores tiempos de los que hablan aquellos rumores relativos a épocas pasadas, a la falta de publicidad para que la oferta de las tres plazas fuera conocida por todo el municipio, se añaden otros elementos como poco sospechosos. Así los ha puesto de manifiesto la parlamentaria gallega al calificar de “muy sorprendente” el hecho de que a la convocatoria “solo se presentaran dos personas” y eso que el requisito para optar a esos empleos “era estar en posesión del título de EGB”.

Patricia Otero, incluso, recordó que en otro pueblo cercano se celebró una convocatoria similar y “se presentaron 150 personas”.

Sin embargo, esta denuncia no es un caso aislado porque la misma diputada aseveró que en la provincia de Lugo es el “modus operandi habitual del Partido Popular”. En lugar de administraciones públicas “parecen más bien empresas familiares”, concluyó.

Aquel nepotismo del que se acusaba a Fraga y a 'su' Xunta de Galicia durante sus años de presidencia, parece que dos décadas después no ha desaparecido.