Este miércoles, 23 de noviembre de 2022, se cumplen 100 años del nacimiento de Manuel Fraga Iribarne, el histórico fundador de Alianza Popular que nadó en el agua del franquismo hasta encontrar un terreno en el que crear las bases del actual Partido Popular. Y es que, aunque hace más de 10 años que el dirigente gallego abandonó la primera línea de la política española tras sortear los "hilillos de plastilina" del Prestige y dejar su puesto en el Senado por el grupo parlamentario popular, que por aquel entonces dirigía Mariano Rajoy, el histórico político sigue de actualidad e incluso parece inspirar todavía a la formación.

"Fraga nos enseñó que en las sucesiones no hay tutelas ni tutías". Esta es la fórmula que ha utilizado este martes el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para poner en valor el papel que ha jugado Fraga en la política española. Una frase que pronunció el ministro de la dictadura en referencia a su heredero al frente de la formación, José María Aznar, y que ha recordado el actual líder popular durante el primer desayuno informativo protagonizado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, quien hace ya seis meses recogió el testigo de Feijóo en su paso a la cúpula del PP así como del propio Fraga, quien ocupó ese puesto desde los años 90 hasta el 2005.

Una trayectoria marcada por el Prestige o Palomares

Según ha manifestado Feijóo en este acto, el que ha sido el más longevo heredero del franquismo sentó las bases de un modelo de éxito que ha seguido la formación en tierras gallegas y que la ha convertido en "un prodigio en el mundo democrático". Sin embargo, su influencia en la política no se ha quedado en un recinto regional y en años pasados, sino que ha llegado a nivel nacional y a la actualidad, cuando el PP sigue reivindicando a Fraga como constructor de su camino a seguir y Padre de la Constitución. Todo pese a su pasado franquista y escándalos como su baño en Palomares o el Prestige.

Manuel Fraga, entonces ministro de Informacion y Turismo del franquismo, bañandose en Palomares (Almería). EP

Fraga bañandose en Palomares (Almería) en 1966. EP

El político, que nació en el inicio de la dictadura de Primo de Rivera, comenzó su carrera siendo ministro de Información y Turismo en el franquismo, de julio de 1962 a octubre de 1969. Su buena sintonía con el régimen de Francisco Franco y su ahínco provocó que este papel se le quedara corto y escalara hasta la vicepresidencia del Gobierno para Asuntos Internos ya con Carlos Arias Navarro, puesto que ocupó desde diciembre de 1975 a julio de 1976. Durante este impás fuera embajador de España en Reino Unido de 1973 a 1975, coincidiendo con la muerte del dictador.

Tras esto, y ya en pleno proceso de transición a la democracia, Fraga fundó en 1979 Alianza Popular, formación que bebía del franquismo y que dio lugar al actual Partido Popular, que dirigió hasta 1990. Entonces, el dirigente popular dio el salto a la Xunta de Galicia para ser presidente, puesto que ocupó durante cuatro legislaturas seguidas. Fue entonces cuando se convirtió en maestro de Feijóo, a quien dio el testigo al frente de la Administración. Mientras tanto, Fraga fue diputado en el parlamento gallego, diputado en las Cortes Generales o representante del Parlamento Europeo. Hasta que finalmente en 2011 salió definitivamente de la política.

Tal y como han reivindicado los representantes populares con cada aniversario de su nacimiento o de su muerte, Fraga no fue un político que pasara inadvertido en la historia de España. De hecho, ha protagonizado varias escenas muy asentadas en el imaginario de los ciudadanos que han marcado su trayectoria y han fraguado su salida. Las dos más llamativas han sido el polémico baño en 1966 en las playas de Palomares, en Almería, para demostrar que las aguas no estaban contaminadas por las bombas termonucleares de Estados Unidos -una imagen de la que han pasado ya 56 años-, o el Prestige, un derrame de petróleo en aguas gallegas que afectó a 2.000 kilómetros de costa española, francesa y portuguesa.

Este último acontecimiento, hace apenas 20 años, marcó un antes y un después en su trayectoria al frente de la Xunta. Muchas voces expertas apuntan a que supuso una brecha en su gestión que provocó su salida de la administración gallega tres años después. Un desgaste que arrastró desde entonces, allá por el año 2005, hasta el 2011, cuando decidió dejar la política y abandonar su escaño en el Senado con casi 90 años de edad. También su actuación en política exterior ha rubricado su modus operandi como dirigente político, con su acercamiento a los regímenes totalitarios fascistas o su paseo por Cuba junto a Fidel Castro.

Fraga, en Cuba junto a Castro

Cuba es, como Venezuela, un arma arrojadiza que utiliza la derecha para atacar a la izquierda en las últimas décadas. Sin embargo, la cúpula actual y sus antecesores parecen olvidarse que su creador también sucumbió a la belleza cubana y al gobierno de Castro. Y es que Fraga visitó la Habana en el año 1991, con el curso político recién inaugurado, junto a Fidel Castro, con quien se emocionó al ser recibido en el aeropuerto por gaiteros regionales que interpretaron el himno de Galicia.

Entonces Castro calificó ese viaje como un "acto de valentía" y definió a Fraga como "más de izquierdas que mucha gente de izquierdas", aludiendo a las malas relaciones que mantenía con Felipe González, por aquel entonces presidente del Gobierno. Estas declaraciones del dictador sirvieron para bautizar al que fuera ministro de Franco como "el último rojo".

Fidel Castro, junto a Manuel Fraga, durante su visita a Galicia en 1992.

Fraga junto a Castro durante su visita a Galicia en 1992

Entre ambos existía una sintonía que ninguno de los dos quería ocultar y las muestras de afecto eran constantes y recíprocas. Fraga no tuvo pelos en la lengua durante aquel viaje y llegó a condenar el embargo de los Estados Unidos a la isla. Unas palabras que, probablemente, facilitaron un nuevo capítulo en su relación. Un año después de su viaje a La Habana, era Castro el que le devolvía el gesto y el dictador se desplazó hasta tierras gallegas después de visitar la expo de Sevilla.