Las protestas en Cuba han restado protagonismo a la remodelación del Gobierno de Pedro Sánchez. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, censuró el jefe del Ejecutivo que “no se atreviera” a cesar a los ministros de Unidas Podemos, a los que tachó de “radicales” tras recordar el tuit publicado por Yolanda Díaz en 2016 en el que lamentaba la muerte de Fidel Castro. La hemeroteca, una vez más, juega una mala pasada al líder de la oposición, al observar que dirigentes históricos de su partido, como Manuel Fraga o José María Aznar, han compartido paseos con el dictador o realizado viajes oficiales a La Habana.

Cuba, como ocurre con Venezuela, es una suculenta arma arrojadiza para la derecha. Ya en 2018, cuando Pedro Sánchez viajó hasta la capital del país, la oposición escenificó su repudia al viaje oficial del del presidente del Gobierno. Como en esta ocasión, los dirigentes del Partido Popular olvidaron que, una figura ilustre de su partido como Manuel Fraga, paseó junto a Fidel Castro por las calles de La Habana en una de sus visitas a la isla.

Corría el año 1991, recién reanudado el curso político, y Manuel Fraga se desplazó hasta la capital cubana, donde le recibió Fidel Castro en el aeropuerto. El que fuera líder de Alianza Nacional antes de refundarse en el PP, se emocionaba junto al dictador al escuchar a los gaiteros cubanos que interpretaban el himno de Galicia.

Castro calificó ese viaje como un “acto de valentía” y aseguró que Fraga era “más de izquierdas que mucha gente de izquierdas”, aludiendo a las malas relaciones que mantenía con Felipe González, por aquel entonces presidente del Gobierno. Estas declaraciones del dictador sirvieron para bautizar al ex ministro de Franco como “el último rojo”.

Fidel devuelve la visita

Entre ambos existía una sintonía que ninguno de los dos quería ocultar y las muestras de afecto eran constantes y recíprocas. Fraga no tuvo pelos en la lengua durante aquel viaje y llegó a condenar el embargo de los Estados Unidos a la isla. Unas palabras que, probablemente, facilitaron un nuevo capítulo en su relación.

Un año después de su viaje a La Habana, era Castro el que le devolvía el gesto y el dictador se desplazó hasta Galicia, tras pasar por la expo de Sevilla. Ambos conversaron, compartieron momentos entre partidas de dominó, queimadas y comilones y pasearon por una Plaza del Obradoiro engalanada con banderas cubanas. Entre tanto, el dictador contemplaba la ciudad orgulloso al escuchar a un gentío tras él gritar “Viva Cuba, revolucionaria” junto a un sonriente Fraga.

El dictador se emocionaba al visitar las calles en las que se criaron sus progenitores en la localidad de Láncara. “Ahora entiendo por qué tuvieron que emigrar nuestros padres”, le dijo al entonces presidente de la Xunta de Galicia.

Aznar, a Cuba de la mano de Juan Carlos I

Pero no sólo Fraga contradice los lamentos de Pablo Casado, sino también su mentor directo, José María Aznar. El expresidente del Gobierno, al igual que Fraga, se citó con el dictador en Cuba, durante una cumbre a la que fue el último en llegar y estrechar la mano a Castro. También tuvo tiempo para fotografiarse junto al líder cubano, flanqueado por el rey Juan Carlos y otros emisarios españoles.

El ambiente fue distendido durante todo el encuentro. Tal fue así que, en el momento del saludo entre el dictador y el jefe del Estado, Castro bromeó asegurando que Juan Carlos I le estrechaba la mano izquierda.

El tuit de Rajoy

Los tuiteros hurgaron en la hemeroteca de la plataforma del pajarito azul y hallaron una mina de oro para arrojársela al jefe de la oposición. Las redes han recuperado el tuit con el que el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, publicó cuando Fidel Castro falleció. Mismo contexto que Yolanda Díaz. El que fuera jefe del Ejecutivo calificó al dictador como “una figura de calado histórico”.