La división galopante entre las fuerzas soberanistas en el Parlament acerca a Cataluña a un nuevo proceso electoral. La destitución de Quim Torra, la desunión sobre cómo afrontar el conflicto con el Gobierno de España, la pérdida de una hoja de ruta compartida y las continuas acusaciones cruzadas entre los principales partidos independentistas del arco parlamentario han acabado consumando aquello que se venía advirtiendo desde hacía tiempo. ERC y Junts per Catalunya han roto. En las próximas elecciones -anunciadas, pero a la espera de convocatoria oficial tras la aprobación de los presupuestos- los resultados servirán como termómetro para medir qué proyecto de país quieren mayoritariamente en Cataluña: el de la vía unilateral de Puigdemont, el de la salida dialogada de Junqueras o el del bloqueo de las instituciones de la CUP.

Así era hasta ahora. A este conglomerado se ha unido un nuevo partido. Força Catalunya, liderado por Santiago Espot, presidente de Catalunya Acció, ha adelantado su paso adelante en un comunicado en el que se deja sobre el papel la necesidad de “hablar con claridad y denunciar abiertamente la situación de pueblo colonizado” de Cataluña. Para ello, como refleja el texto fundacional de la formación, Espot promueve una coalición independentista de procedencia extraparlamentaria (“Cataluña necesita a sus elementos más comprometidos y que no tengan necesidad de vivir de un sueldo oficial ni de las limosnas de las luchas partidistas”), que acabe con la “impotencia irreversible” de estar comandados por “políticos que demuestran constantemente su incapacidad”: “Su relevo es urgente e imprecindible”.

A través de este comunicado, que ejerce de reclamo para repescar a la “gente con nivel político, personal, y patriótico suficiente para dignificar, hacer creíble y convertir el objetivo de la independencia en un éxito”, Força Catalunya (FC) expone su candidatura como la única capaz de paliar desde la sociedad civil los errores cometidos por “la mediocridad” y “la grave crisis de liderazgo del independentismo catalán”.

“El estatus político actual de la nación catalana es el de una simple colonia. Así lo certifica nuestra sumisión política forzada, la expoliación económica sistemática y la sustitución lingüística y cultura. Impulsaremos un nuevo estilo político, caracterizado por un firme patriotismo y una voluntad decidida de encararse con los poderes españoles para revertir esta situación”, exponen.

Santiago Espot: ¿nueva política?

Pese a presentarse como el líder de un partido en busca de la “regeneración política”, Espot lleva mucho tiempo vinculado a la política y al día a día del soberanismo catalán. Ya en el año 2011 el dirigente concurrió como candidato de Solidaritat Catalana per de la Independència, la plataforma promovida por Joan Laporta que consiguió cosechar cuatro diputados en las elecciones regionales de 2010. Dos años después, perdió la representación parlamentaria.

Más allá de este capítulo, Espot es vieja guardia de ciertos reductos del independentismo. Afincado en los grupos más ortodoxos y duros del soberanismo, como Catalunya Acció o Moviment Identitari Català, el líder de FC es un habitual en la palestra mediática por llevar a cabo acciones conjuntas que suscitan polémica y despiertan debate entre los seguidores del nacionalismo catalán: desde las pitadas al himno de España en las finales de Copa del Rey que ha disputado el FC Barcelona hasta la organización de un escrache en un ambulatorio porque una doctora no sabía hablar en catalán.

Su uso de las redes sociales también ha suscitado interés. El dirigente, en alerta constante y muy crítico con la deriva de los partidos soberanistas, ha llegado a afirmar que para conseguir ser un Estado propio hay que ser conscientes de que los Estados matan: “Lo hacen si es necesario. No lo olvidemos”, explicaba, antes de explicar que los catalanes “tienen mentalidad de resistentes y no de gobernantes”. “Fundar un Estado catalán es aceptar que podría matar por defender el Estado. ¿Estamos preparados? Si no es así, siempre seremos españoles. ¡Qué desgracia!”, sostenía.

Presentación: "Patriotismo rudo" frente al "rey cretino"

Bajo la consigna de que el pueblo catalán no es más que una colonia del Estado español, el vídeo de presentación de la plataforma de Espot mezcla mensaje bélico de sus consignas con imágenes calculadas y colocadas de forma ordenada para condenar a los principales poderes que, de forma intencionada, se vierten como enseñas del Estado español: Felipe VI, Francisco Franco, Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, antidisturbios…

“Catalanes, la patria está amenazada. Su rey cretino, los poderes de su Estado y una parte de su sociedad sienten odio hacia nosotros. Si queremos dejar de vivir de rodillas, hay que abandonar el estilo político del que quiere caer bien a todo el mundo. No es el momento de las sonrisas ni de cantar de alegría. Nos aplastarán si es así: es la hora del patriotismo rudo y rotundo”.