La Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca ha mantenido un convenio durante cuatro años con el Sistema de Observación Costero de las Islas Baleares (SOCIB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de las Islas Baleares (CSIC) bajo el nombre de "Detección de medusas en el mar balear y su relación con las variables ambientales: hacia el desarrollo de un sistema de predicción preoperacional ", que tiene previsto la renovación los próximos años. La finalidad del convenio ha sido establecer un sistema de observación de medusas en el mar balear que permitiera estudiar la proliferación de estos animales a los efectos de generar el conocimiento necesario para gestionar correctamente los bienes y servicios afectados.
 

A raíz de los últimos episodios de apariciones de la especie de medusa de carabelas portuguesas procedentes del Atlántico en aguas de Formentera, se ha vuelto a reunir el grupo de trabajo, en la sede del SOCIB, para avanzar en las actividades conjuntas con personal del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), de Cádiz y Esporles, respectivamente.

En la reunión se ha hecho una revisión de las acciones realizadas durante la ejecución del Convenio entre los tres organismos y se han expuesto y debatido los resultados alcanzados desde el año 2014 hasta ahora, haciendo énfasis en los éxitos conseguidos. En concreto, en los últimos casos de apariciones de la especie de la carabela portuguesa se ha puesto de manifiesto que el sistema de predicción comienza a ser efectivo y puede prever episodios de esta índole. De hecho, desde la Conselleria de Medi Ambient se ha adelantado la puesta en marcha de una de las embarcaciones de limpieza de litoral para vigilar la zona de la isla de Formentera donde han hecho presencia estos ejemplares. El encuentro también ha servido para planificar las actividades y los objetivos para el futuro sobre este tema.

Entre otros, los resultados principales alcanzados han sido la creación de un sistema nuevo de observación de medusas en las Islas Baleares, único en el ámbito internacional, tanto por la resolución temporal como espacial. Este sistema está basado en protocolos estándares que se siguen de manera rutinaria, sistemática y estable. Los niveles de observación son tres y se centran en las zonas de baño, por los socorristas de las 150 playas de las Islas, coordinados desde la Dirección General de Emergencias; también en la zona de la plataforma continental, llevados a cabo por los técnicos de las embarcaciones tanto del servicio de limpieza del litoral (en concreto, a 66 puntos de observación) como de las reservas marinas (a 11 puntos de observación); y, finalmente, la zona de mar abierto, gracias a la implicación de los buques oceanográficos, como el catamarán del SOCIB mismo y de los navegantes voluntarios, a través de una iniciativa de ciencia ciudadana por la que pueden enviar observaciones a la dirección de correo : lp@csic.es

Desde su implementación, el año 2014, hasta el día de hoy, sólo con los dos primeros niveles de observación se han llevado a cabo más de 84.000 observaciones, en las que es clave el papel de los socorristas y de los patrones de las barcas de limpieza.

El archipiélago de las Islas Baleares, dada su diversidad de islas afectadas por vientos y corrientes diferentes, es especialmente complejo, ya que implica tener en cuenta en cada zona la orientación de la costa y, por tanto, no se puede realizar un único modelo predictivo, sino que hay que implementar de específicos (al menos uno para cada isla) para poder resolver la totalidad del archipiélago. Cada uno de estos modelos predictivos resolverá la peculiaridad de los procesos físicos que afectan a una zona del archipiélago determinada.

Gracias a la puesta en común tanto de los científicos como de los técnicos de los tres organismos reunidos, se ha podido establecer una hoja de ruta para que el trabajo hecho hasta el momento cristalice en futuras acciones que permitan seguir avanzando en este tema, dado que se trata de un fenómeno natural del medio marino y conlleva unos efectos a los usuarios del litoral que hace que sean especialmente sensibles.