“No me queda más remedio que irme”. Con estas palabras, la diputada Idoia Ribas ha oficializado este martes su salida de Vox y del grupo parlamentario autonómico, denunciando el “hostigamiento” sufrido tras darse de baja del partido. Una marcha que se suma a otras en Baleares y que revela la profunda fractura interna en la formación de extrema derecha.

La diputada ha hecho pública su decisión a través de un mensaje en la red social X, en el que afirma que la presión interna por parte de sus antiguos compañeros no ha cesado desde que formalizó su baja como militante. “Dije que no me iría del grupo a no ser que el hostigamiento continuase tras mi baja del partido. Como así es, no me queda más remedio que irme”, ha escrito, señalando que no es ella quien ha provocado esta situación, sino los actuales dirigentes de Vox, a quienes acusa de expulsar o empujar a marcharse a buena parte de sus cargos electos.

En el mismo mensaje, Ribas ha sido tajante al denunciar que el partido “maltrata” a muchos de sus representantes públicos, “evita gobernar en autonomías” y “renuncia a aplicar su programa”. Según ha defendido, estas renuncias estratégicas son contrarias al mandato recibido en las urnas y contribuyen al deterioro de la formación. “Cada cual sabrá si esa es la opción que quiere para España. Yo no la quiero, prefiero seguir avanzando en libertad”, ha sentenciado, en alusión directa a la asociación Avanza en Libertad, que fundó hace unos meses junto a otros excompañeros de filas.

Idoia Ribas fue una de las figuras más visibles de Vox en Baleares. Licenciada en Derecho, con experiencia en la administración pública, llegó a asumir la portavocía del grupo parlamentario tras las elecciones autonómicas de 2023. Sin embargo, en abril de 2024 dimitió de su cargo en el grupo, junto a los diputados Sergio Rodríguez y Agustín Buades, como señal de protesta por las tensiones internas y el rumbo que, a su juicio, estaba tomando la formación. Fue entonces cuando fundaron la asociación Avanza en Libertad, concebida como una plataforma cívica orientada a “defender principios y valores sin ataduras partidistas”.

El último desencuentro con la dirección de Vox se ha producido tras una discusión con su hasta ahora compañera de grupo, Manuela Cañadas, también expuesta públicamente. Ribas niega haber iniciado el enfrentamiento y afirma que Cañadas “empezó a decir que yo no tenía principios y que no debería estar ahí”, a lo que respondió con ironía: “Si no debo estar en el Parlament, podía llamar a los ujieres para echarme”. Según su versión, ningún periodista presenció esa conversación, y acusa al grupo parlamentario de haber filtrado la discusión para perjudicarla.

La ya exdiputada de Vox ha cargado también contra determinados medios de comunicación, a los que acusa de difundir versiones interesadas de los hechos y de formar parte de una campaña de difamación en su contra. A pesar de todo, Ribas ha dejado claro que no se aparta de la política ni de su compromiso con los ciudadanos. De hecho, continuará como diputada no adscrita y prevé reforzar su implicación en Avanza en Libertad, con la que ya ha promovido denuncias y actuaciones en materia de transparencia institucional.

La salida de Ribas se suma a la de otros representantes que han abandonado Vox en Baleares en los últimos meses, entre ellos el exdiputado Francisco José Cardona y el propio Buades. Una serie de dimisiones que evidencian las luchas internas y la falta de cohesión territorial de un partido que, pese a sus resultados electorales, sigue enfrentando problemas estructurales en su implantación autonómica.

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio