El interrogatorio a Maribel Vilaplana en el juicio de la DANA ha encendido una nueva polémica. Según la acusación, su testimonio estuvo marcado por la intención de “proteger” a Carlos Mazón, ya expresidente de la Generalitat. “Ayer Vilaplana protegió a Mazón, totalmente”, afirmó el abogado Ximo Esteve, que expresó su frustración por la falta de colaboración de la testigo. “No he visto a nadie llorar tanto sin derramar una lágrima”, añadió, cuestionando la autenticidad de su emoción ante el tribunal.
Las palabras de Esteve resumen la sensación de la acusación particular tras una jornada clave del juicio que investiga la gestión política de la catástrofe de 2024, cuando una DANA golpeó con fuerza la Comunitat Valenciana, dejando 229 vícitmas mortales y graves daños materiales.
Cabe destacar que Vilaplana compareció este lunes ante la jueza para relatar cómo transcurrió la comida que ambos compartieron el día del temporal en El Ventorro, mientras el dispositivo de emergencias ya estaba activado. Su versión, sin embargo, ha generado un profundo malestar entre las acusaciones, que esperaban una declaración más esclarecedora sobre las decisiones adoptadas por el entonces presidente provincial.
“Sentí impotencia porque desde el primer momento vimos que no le podríamos sacar nada”, lamentaba Ximo Esteve en unas declaraciones ofrecidas a Catalunya Radio, convencido de que la testigo mantuvo una línea de defensa alineada con la del político del Partido Popular.
“Estaba comunicado, pero no me dijo nada”
Durante su intervención, Vilaplana aseguró que aquel día “no escuché la palabra DANA ni nada parecido” mientras almorzaban en el restaurante El Ventorro, y que el encuentro se prolongó “hasta cerca de las siete de la tarde”. Relató que Mazón estaba recibiendo llamadas y mensajes en todo momento, pero que “no me dijo nada” sobre el motivo de esas comunicaciones.
La periodista también reconoció que no conserva el ticket del aparcamiento donde dejó su coche, aunque se ofreció a facilitar la matrícula para comprobar la hora exacta del pago. “No tengo ese ticket, pero miraré el extracto bancario”, señaló ante la jueza.
En su testimonio, Vilaplana insistió en que no percibió la magnitud de la emergencia durante la comida, ni detectó preocupación en Mazón. “No me di cuenta de que estaba pasando nada extraordinario”, explicó. Solo más tarde, según su versión, el propio Mazón le habría comentado que “esto era muy gordo y muy grave”, cuando ya se conocían las consecuencias de la tormenta.
Lo que viene
Tras la sesión de este martes, el tribunal se apresta a dar un paso de gran calado en la instrucción del caso: la comparecencia prevista de técnicos del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI), bomberos, responsables de emergencias y directivos autonómicos que deberán ofrecer su versión sobre los tiempos de actuación, los protocolos activados y los canales de información entre organismos públicos.
Al mismo tiempo, ha dado luz verde a la incorporación definitiva al sumario del registro de llamadas del Carlos Mazón, correspondiente a la tarde del 29 de octubre de 2024, cuando la catástrofe de la DANA del 29 de octubre de 2024 comenzó a desatarse en la provincia de Valencia. La jueza ha reclamado esos datos a la Presidencia de la Generalitat para determinar cuándo exactamente fue informado Mazón del desbordamiento del barranco del Poyo y de la ola de inundaciones que se llevaba por delante localidades enteras.
La relevancia de este listado —que contiene 26 comunicaciones entre las 17:37 y las 23:29 de aquel día— radica no sólo en el “qué” se dijo, sino en el “cuándo” y en la simultaneidad entre esas llamadas y los informes de emergencia que alertaban de la riada. Con ello, la causa apunta a dilucidar si existió una ventana de inacción crítica por parte del presidente y de su equipo, mientras la normalidad de una comida, en la que participó la testigo clave Maribel Vilaplana, se prolongaba hasta bien entrada la tarde.
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