“Si la hoja de ruta del Govern es la de la estelada, el PP no estará a su lado, estará enfrente”, dijo ayer Sánchez-Camacho, convencida de que en el corto plazo el acuerdo con los nacionalistas goza de buena salud. De hecho, PP y CiU evidenciarán mañana su buen entendimiento en el pacto sobre los medios de comunicación públicos, que ha garantizado a los populares una vicepresidencia en el órgano de control y a Mas el respaldo de su socio en el Parlament, según informa El Periódico de Catalunya.

A la caza del voto convergente
La presidenta catalana tiene la vista puesta en el beneficio electoral que puede sacar de la radicalización del discurso de los convergentes y se ha puesto manos a la obra llamando a las filas populares a los electores convergentes más moderados que no aspiran a la ruptura con el resto de España. Lo reconoció abiertamente ayer al ser preguntada por este asunto.

"Una proyección problemática"
En declaraciones que parecen más dichas de cara a la galería que como una seria advertencia, Sánchez-Camacho ha afirmado hoy en ABC Punto Radio que el PP se ha dado de plazo hasta su encuentro con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, a quien ha solicitado una reunión urgente. "En absoluto iremos de la mano de un partido que habla de aguas podridas en España y de independencia", afirmó la líder de los populares catalanes, que, sin embargo, se apresuró a aclarar que entre el PP y CiU no hay ningún “enfrentamiento”. Ella prefiere ver la deriva convergente como "una proyección que puede ser problemática en el futuro".