En definitiva, el gobierno de Mas argumenta que sube los impuestos a los catalanes porque Madrid no paga lo que debe y porque Cataluña contribuye en desmesura a la solidaridad interterritorial. Una solidaridad que se convierte en expolio fiscal porque Cataluña no tiene ni para cubrir sus mínimas necesidades porque el Estado aporta menos a Cataluña de lo que esta paga.

Negociación complicada
Con esta primera cita, el gobierno nacionalista pretende empezar a exponer sus reivindicaciones ante una negociación de presupuestos que se presenta harto complicada con el ejecutivo de Rajoy. Sin embargo, está obligado a hacerlo para explicar a los catalanes que son los ciudadanos españoles más perjudicados por las subidas de impuestos.

A la cabeza del pago
Además de sufrir la reforma laboral con el consabido abaratamiento del despido, aguantar una dura subida de la luz y de los transportes –incluidos los polémicos peajes de autopistas que en Cataluña concentran una buena parte del tráfico rodado porque no hay otras alternativas- , los catalanes están a la cabeza del top ten de los ciudadanos españoles que pagan más impuestos.

El céntimo sanitario
El céntimo sanitario que se carga en las gasolinas es pagado por los catalanes desde que se puedo implantar, siendo la primera comunidad en hacerlo. Con el aumento del IRPF de Rajoy, los catalanes se sitúan en la banda más elevada, el 56%, por encima del resto de CCAA.  El IBI dejará tiritando a miles de ciudadanos que verán como la primera medida del PP provocará aumentos que pueden llegar en algunos municipios al 60% del impuesto de inmuebles. Un aumento que llega a los hogares en puertas del mes de mayo.

Pagar tres veces
Por si esto fuera poco, Artur Mas aprobó unos presupuestos que contemplaban un aumento del recibo del agua y una subida aparatosa del canon, además del euro por receta sanitaria. Un euro por receta que se sumará al recorte sumarísimo que ha impuesto el Gobierno de Rajoy y que provocará que los catalanes paguen tres veces por su factura médica.

Recortes en Sanidad
Además, de este poco halagüeño panorama, la sanidad catalana lleva un año sufriendo recortes. Miles de funcionarios interinos o temporales han visto finiquitados sus contratos. Las guarderías serán un sobrecoste importante para las familias, los servicios sociales están en camino de brillar por su ausencia, la reforma educativa lleva un año en marcha aumentando los ratios de alumno por aula y dejando en fuera de juego a muchos profesores. A todo esto, hay que sumar la subida de las tasas universitarias que se prevé contundente en algunas carreras y la cercenación de las becas.

Varapalo en los Presupuestos
Por si fuera poco, Cataluña recibe un fuerte varapalo en los Presupuestos Generales del Estado en materia de inversión. Un varapalo que se cifra en un 45% y que, entre otras cosas, deja en la estacada al esperado corredor mediterráneo, tan ansiado por los empresarios catalanes y valencianos  por su impacto en las exportaciones y en la economía, mientras que abre las puertas de par en par al AVE de Galicia.

Agitar el espantajo del pacto fiscal
Con este panorama, Mas no quiere aparecer como el culpable de la situación. Prefiere explicar que las medidas son necesarias por culpa del tripartito y echarle toda la culpa a Madrid. Para eso necesita volver a agitar el espantajo del pacto fiscal que no llevará a ningún puerto, pero los nacionalistas esperan que de el resultado apetecido para conseguir arrancar algunas prebendas al ejecutivo popular. Hoy ERC ha dado su respaldo a la petición tratando de evitar convertirse en la excusa para iniciar el regateo al que CiU tiene acostumbrado al conjunto de los ciudadanos. De momento, a pesar del griterío y de afilar las armas, CiU ha aprobado la reforma laboral, la ley de estabilidad presupuestaria y el aumento de impuestos. Mas necesita hacer caja como sea. El pacto fiscal es sólo una excusa para seguir mendigando migajas a Rajoy.

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