Las marchas independentistas han vuelto a las calles de Barcelona, un año más, en la Diada; sin embargo, no con la fuerza de antaño. Este 2024 se torna distinto por el descenso de la fuerza de los nacionalistas como del Govern socialista de Salvador Illa. Dos principales motivos por los que el mensaje de unidad ha sido el motor que ha impulsado las movilizaciones.

Según ha confirmado la Guardia Urbana de Barcelona, han sido unos 60.000 asistentes -70.000 si se cuentan el resto de convocatorias en otras ciudades- los que se han sumado a la manifestación de entidades independentistas -formalizadas por Òmnium, Associació de Municipis per la Independència (AMI), Consell de la República, Intersindical, Ciemen y los CDR Cataluña- en este 11 de septiembre. Una marcha que ha tenido como lema ‘Tornem als carrers’ –‘Volvamos a las calles’- y que ha arrancado en la Estació de França y ha terminado en el Passeig Lluís Companys. En Tarragona, Lleida y Girona también se han dado concentraciones.

Esta convocatoria acontece con un evidente e histórico mínimo independentista debido al nuevo ciclo político que ha abierto la etapa del socialista Salvador Illa en el Govern, poniendo a su vez fin a años de liderazgo soberanista.

Cabe recordar que la Diada, en años previos, tuvo un volumen de asistencia mucho mayor: en 2023, fueron 115.000 personas; en 2022, 150.000.

“Basta de lamerse las heridas”

En la lectura del manifiesto, las principales voces independentistas de Cataluña han llamado a la unidad de todas las fuerzas, pero también han denotado los errores de los últimos años: “Hoy demostramos que es posible llegar a acuerdos para las cosas que realmente importan. Basta de lamernos las heridas”, ha expresado Lluís Llach, líder de Asamblea Nacional Catalana (ANC).

Así, en conjunto, estas fuerzas han hecho autocrítica señalando que "han sido incapaces de ponerse de acuerdo y de trazar una estrategia compartida para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación" pese a las numerosas movilizaciones convocadas por las entidades soberanistas.

"Les hemos facilitado mayorías parlamentarias, que unos y otros han malgastado en discusiones cainitas", y han añadido textualmente que el Govern de Salvador Illa niega categóricamente el derecho a la autodeterminación y quiere acabar en los despachos el conflicto entre Cataluña y el Estado.

En relación con la reaparición ‘relámpago’ de Carles Puigdemont en Cataluña el día de la investidura de Illa, han criticado que se le ha vetado su participación en los debates del Parlament y que es “el Estado judicial el que se niega a aplicar la amnistía a centenares de independentistas”.

Además, han lamentado que la Generalitat esté en manos de "un gobierno españolista que hace pocos días se arrodillaba ante Felipe VI, el rey del 3 de octubre", en referencia al discurso que entonó el monarca tras el referéndum ilegal y los acontecimientos que se produjeron el 1-O. "Salimos a las calles porque ni estamos pacificados ni nos han pacificado" -momento en el que los asistentes han gritado 'Puta España'- y han instado a los independentistas a dejar de lamerse las heridas y organizarse.

En sintonía, han expresado que la independencia es la única vía para los catalanes de decidir libremente qué Estado quieren, a la vez que han defendido la libertad para promover la lengua catalana. “Estar sometidos al Estado español es una amenaza estructural para la supervivencia de la lengua y cultura catalana, así como para garantizar un futuro digno”, han añadido.

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