El Pleno del Parlament en el que se votará la resolución pactada entre Junts pel Sí y la CUP para la aprobación de al república catalana se ha iniciado con una bronca en toda regla de los portavoces de Ciudadanos y PP a la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, por los gritos de los invitados de Junts pel Sí a la sesión, alojados en el salón de actos. 

El primero en intervernir ha sido el diputado de C's Carlos Carrizosa que se ha quejado del elevado número de invitados en un día tan triste, en referencia a los alcaldes independentistas, que han acudido con sus varas de mando, que han proferido "sonoros gritos en favor de la independencia". "Esto no es la sede de ERC ni de la ANC ni de Junts pel Sí", ha asegurado visiblemente enfadado, reclamando respeto a la democracia y a su trabajo en un día triste como este. 

"En el caso de que se altere lo más mínimo, espero que se hagan se les llame al orden y se les expulse de la sala para que podamos discutir en esta asamblea legislativa", ha reclamado a Forcadell, que ha replicado que ya habían llamado al orden. "No tengo ninguna duda de que el público se comportará perfectamente", ha concluido la presidenta.

Carrizosa, previamente, había presntado un escrito a la Mesa de la cámara catalana para pedir que se garantice que los diputados no soberanistas no se sientan "coaccionados".

A continuación Alejandro Fernández, del PPC, se ha expresado en la misma línea añadiendo que parecía la toma de la Bastilla. En su opinión, es el reflejo del "sectarismo" de la cámara. "Les pedimos un mínimo decoro parlamentario, aunque sea hoy", ha reclamado a Forcadell. "Así será", ha concluido la presidenta.