Han pasado poco más de 100 días desde que Carlos Martínez Mínguez asumiera el liderazgo del PSOE de Castilla y León, y el alcalde de Soria ha aprovechado cada minuto para recorrer el territorio, escuchar a la militancia y trazar un nuevo rumbo para un partido que quiere volver a gobernar tras cuatro décadas en la oposición. En esta entrevista, Martínez dibuja una comunidad abandonada por un PP "invisible" y sin proyecto, defiende una estrategia de arraigo y gestión desde lo local, y lanza un mensaje claro: “Tenemos que atrevernos a cambiar para devolver la esperanza a esta tierra”.
Con tono firme, el nuevo líder socialista carga contra la gestión de Alfonso Fernández Mañueco, a quien acusa de presidir pero no gobernar. Martínez denuncia la parálisis política en Castilla y León, agravada por la falta de presupuestos en cinco de los últimos seis años, y lamenta que el PP haya renunciado a tener un proyecto propio para la comunidad. Ante lo que considera una “senda de vía muerta”, reclama un adelanto electoral como única vía para frenar la pérdida de oportunidades, aprovechar los fondos europeos y revertir el abandono institucional de un territorio que, dice, “no puede permitirse seguir perdiendo el tren del desarrollo”.
Han pasado alrededor de cien días desde que asumió el liderazgo del PSOE en Castilla y León. ¿Qué balance hace de este arranque y cómo ha sido el salto desde su experiencia local en Soria a dirigir la organización autonómica?
Han sido 100 días muy intensos. Hemos pisado mucho territorio y se han celebrado los congresos en las nueve provincias. Ha habido mucha escucha activa con la militancia y con la ciudadanía. Siempre hay tensión cuando hablamos de rearmar ideológicamente al partido y hay renovación de liderazgos y configuración de equipos. Pero creo que se han hecho bien las cosas. Hemos entendido Castilla y León como un todo, no como nueve territorios aislados.
¿Qué puede hacer el PSOE para volver a gobernar en Castilla y León después de 40 años?
Tenemos que sacar del letargo a esta comunidad autónoma. El PP vive cómodo en la invisibilidad y sin atender los problemas de las nueve provincias. Nosotros pedimos un préstamo de confianza a la ciudadanía: que se atrevan al cambio. Ese cambio nos permitirá desarrollar políticas públicas diferentes, con resultados diferentes. Queremos darle voz a Castilla y León también en España y en Europa, porque las soluciones también pasan por políticas nacionales y europeas.
Uno de los principales problemas de la comunidad es la despoblación. ¿Cómo afrontarlo?
Cada una de las provincias tiene problemas muy diferentes, pero la raíz común de nuestros problemas es la ausencia de derechos de ciudadanía y de competitividad del territorio. Hay que generar empleo y fijar población para evitar el exilio de nuestro talento, de nuestros jóvenes. Queremos armar un proyecto territorial con infraestructuras tecnológicas, eléctricas, viarias, ferroviarias y logísticas, que son claves para que se implanten las empresas. No es que falten planes estratégicos para cada provincia, es que falta una política pública con mayúsculas para toda la comunidad.
¿Qué papel puede jugar Castilla y León en España y Europa?
Estamos en plena transición energética y ecológica, y esta tierra tienen recursos pero no hay políticas públicas proactivas. Por ejemplo, la automoción es clave, pero Castilla y León es la única comunidad que no tiene una estrategia sectorial en ese ámbito. Lo mismo ocurre con la agroalimentaria o las energías renovables, que hemos visto que el PP las ha utilizado en casos de corrupción conocidos. Y ahora, con los fondos europeos destinados a defensa y seguridad, que van a activarse 800.000 millones y la discusión va a ser si se reducen de los fondos de cohesión y desarrollo claves para esta comunidad autónoma, Castilla y León tienen que tener un posicionamiento y su propia estrategia.
¿Y qué estrategia propone el PSOE ante amenazas como los aranceles?
Tenemos un presidente que preside pero no gobierna. Y en ese desgobierno, esa inacción, en esa parálisis, en ese inmovilismo, vemos cómo suceden cosas, pero aquí no tenemos una política activa sobre nada. No hay estrategia en automoción, ni en industria agroalimentaria, ni en inversiones en ciberseguridad. Hay un vacío de gobierno, en parte fruto a la inestabilidad política de la minoría, pero fundamentalmente fruto de la inoperancia, de la desidia de 40 años de gobierno del PP y de un señor Mañueco que ha heredado lo que pretende que sea su cortijo. Y es en ese cortijo, en esa comodidad de la nada, vemos que otras comunidades ya llevan a cabo planes sectoriales, como Castilla-La Mancha, Aragón, País Vasco, Navarra. Castilla y León ni está ni se la espera.
En Castilla y León no hay presupuestos y ustedes facilitaron a Mañueco aprobar el techo de gasto. ¿Se sienten engañados?
Es que el señor Mañueco vive muy cómodo en su diván, sin políticas públicas. Es un drama, porque cuando tú no tienes una cuentas, no tienes un proyecto político. Y no es algo de un año puntual. De seis años de gobierno, cinco han sido sin presupuestos. Yo estoy de acuerdo con lo que se hizo con el techo de gasto y una de mis primeras medidas anunciadas fue la disposición del PSOE de Castilla y León para aprobar unas cuentas, porque no podemos perder la oportunidad, en el contexto internacional actual, de tener un proyecto político propio.Pero la respuesta fue que ya se verá si hay presupuestos o al menos borrador en 2026.
Pero el Gobierno de España tampoco tiene presupuestos este año, ni visos de que vaya a tenerlos.
Pero fíjese la diferencia, el PSOE, aun con minoría, está haciendo esfuerzos enormes para que la legislatura no se pierda, frente a todas las calamidades posibles. Negocia, impulsa legislación y trabaja y, por ejemplo, se va a aprobar la jornada laboral de 37 horas y media. En Castilla y León, en cambio, ofrecemos mano tendida para aprobar presupuestos y nos encontramos con la nada. Esa es la diferencia entre dos modelos: el de la responsabilidad del PSOE y el de la inacción del PP.
Ustedes han pedido elecciones anticipadas, aunque deben ser a principios de 2026
Lo que decimos es que no se puede seguir por esta senda de vía muerta. Cada minuto perdido son oportunidades que se escapan. No llegan ni al 6% de ejecución de los fondos FEDER del periodo 2021-2026. No estamos aprovechando la oportunidad para cambiar el modelo productivo de esta Comunidad Autónoma, ni siquiera para hacer una renovación intensa de infraestructuras sanitarias o educativas. Aunque sea, que se usen los fondos disponibles para renovar sus propios inmuebles. Nosotros vamos a arreglar los hospitales y colegios de esta comunidad y modernizarlos usando los fondos europeos. El PP se escuda en su inestabilidad parlamentaria, fruto de su abrazo a la extrema derecha. Quiero recordar que el primer gobierno autonómico de este país de PP y Vox fue el de Castilla y León.
El PSOE tiene nueva cara, Vox ha entrado y salido del gobierno… ¿Cómo ha cambiado Castilla y León en estos últimos cuatro años?
No ha cambiado. No hay avances significativos. Nosotros estamos reformulando un proyecto territorial que vertebre y se asiente en el territorio. Hablamos de comarcalización, de hacer una hoja de ruta que dé una foto fija de los territorios, los municipios y sus vecinos, para erradicar inversiones arbitrarias e ineficientes. Es un modelo difícil de explicar y es complejo porque cambiamos el modelo de grandes áreas urbanas por un modelo de asentamiento territorial que genere oportunidades en los municipios, pero que la gente entiende en esos municipios porque se les da una respuesta eficiente mediante políticas públicas. Justo lo contrario de postulados políticos que aprovechan la frustración para deteriorar la democracia y desmantelar las instituciones, como hacen los grupos de extrema derecha, pescando votos de forma obscena.
Más allá de las identidades provinciales, ¿cómo valora que el otro día Mañueco se ausentase en Villalar de los Comuneros del día de Castilla y León?
Es el símbolo de la falta de creencia que tiene el Partido Popular en esta tierra. Es una fiesta que debería ser de todos, una fiesta reivindicativa, recogida en el Estatuto de Autonomía. La desidia con la que no acude, o lo hace a rastras y en horarios muy tempranos para que la gente no le pueda recriminar, es el ejemplo de lo que Castilla y León significa para el Partido Popular: falta de identidad, falta de proyecto, desidia y pereza. No se ha generado nunca identidad en esta comunidad autónoma gobernada por el PP. Hay desapego hacia la Junta, que prefiere la invisibilidad. Diría que hay una distancia de la ciudadanía con respecto a unas políticas públicas que están y se las espera. Ya ni se reivindica a la administración autonómica. Ese es el cambio que tenemos que producir.
¿Cómo ha conformado su equipo en esta nueva etapa del PSOE?
Hemos apostado por perfiles gestores, por alcaldes y alcaldesas con experiencia, que son la palanca fundamental del cambio que tiene que producir. Y en esa gestión, lógicamente, hemos acudido a los grandes y buenos alcaldes y alcaldesas que hemos tenido. La política municipal te obliga a pisar suelo, a priorizar problemas. Por eso el equipo lo han configurado en gran parte las provincias. Hemos sido flexibles. Esta comunidad es muy grande y diversa, y necesitábamos un equipo que conociera los problemas de primera mano.
¿Cree que el PP se ha movido más hacia la derecha para quitar espacio a Vox o influido por papeles como el de Isabel Díaz Ayuso?
El PP ha usado falsos mantras. Se inventan eslóganes como que que gobierna mejor la economía, que es moderado… Pero no se recuerda de dónde salió José María Aznar, cómo se crea el PP, con insignes sorianos de la derecha pura y dura, que son del perfil de Ayuso. Y con ese mantra de que son moderados, invisibilizan a esta tierra y le han negado mucho desarrollo y protección social a esta comunidad. Al PP no le hace falta un Vox a la derecha, ya son ellos extrema derecha. Están ejecutando políticas sectarias de derecha en cada una de las inversiones y por no existe sentimiento de comunidad y existen provincias de primera y de segunda.
El PP pretende arrebatarnos la esperanza de futuro, aplicando otro mantra de que el que quiera tener mejor calidad de vida o una oportunidad tiene que salir de esta tierra. Y eso hay que romperlo, pero para eso tenemos que quedarnos y atrevernos a cambiar. Ejercer el derecho a quedarse y entender que la administración tiene la obligación de generar oportunidades.