PP y Vox han cerrado este martes finalmente un acuerdo para gobernar la Comunidad Valenciana. La gran incógnita si definitivamente se llevaba a cabo el trato pasaba por qué iba a ser de Carlos Flores, el candidato de la formación ultraderechista condenado por violencia de género.

Él mismo ha anunciado ante los medios de comunicación tras una reunión de tres horas con Carlos Mazón (PP) que su persona se ‘aparta’ de la autonomía -aunque él lo califica como un “paso al frente-, pero que ocupará el número uno de la candidatura de los de Santiago Abascal en el Congreso por la circunscripción valenciana.

¿Quién es Carlos Flores?

Carlos Flores (Valencia, 1964) es Catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de València y en 1982 ya guardó vínculos con la extrema derecha, en este caso con Fuerza Nueva, con quien concurrió a los comicios generales.

Desde ese momento ha estado apartado de la primera línea política, aunque ha ejercido como vocal del Consell Valencià de Transparéncia a propuesta por el propio PP (PPCV) y como vocal de la Junta Electoral Valenciana. Además, ha tenido un gran peso en los medios de comunicación al ejercer como tertuliano de la actualidad en varios canales.

Violencia de género

Flores fue condenado en 2002 por un “delito de violencia psíquica habitual” con “coacciones, injurias y vejaciones” contra su exmujer por la Audiencia Nacional. La sentencia reflejaba que el acusado había ejercido quebranto psicológico” contra la madre de sus hijos. Además, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial rechazó el recurso del protagonista de estas líneas, por lo que el ahora cabeza de lista valenciano fue condenado a un año de cárcel, se le inhabilitó el mismo tiempo para ser elegido por sufragio pasivo, se le prohibió el acercamiento a su exmujer durante tres años y se le interpuso una indemnización por responsabilidad civil de 6.000 euros.

La condena recoge que el candidato ultraderechista había perseguido a su expareja -de quien se había divorciado un año antes- hasta en 21 ocasiones y que había vertido insultos a ella y a su exsuegro delante de los tres hijos que tuvo el matrimonio.

Los antecedentes penales se consideran extinguidos y tanto él como Vox -partido empeñado en negar la violencia de género- entienden que su pasado no le inhabilita actualmente. “No tengo ninguna cuenta pendiente con la Justicia. Las que en su día tuve las saldé sobradamente”, defendía en una ocasión Flores, quien asumía: “Todos, en un momento determinado de nuestras vidas, hemos dicho o hecho cosas de las que luego te arrepientes”.

Pero la realidad es que los hechos y las declaraciones que recogían la sentencia mencionada eran graves y contiene amenazas como “te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo” e insultos como “ladrona, secuestradora de niños” o “dueña de calabozo”. Unas palabras que pronunciaba debajo del balcón de su exmujer, pero también delante de la puerta del colegio de su hija. Es más, el documento recoge que en una ocasión la mayor de las hijas tuvo que solicitar ayuda a unos agentes. Entretanto, Flores recurrió que su expareja le tenía animadversión porque había perdido la condición de mujer de profesor de Universidad.

Reunión previo pacto en la Comunidad Valenciana. EP

Imagen de Europa Press

Reproches de la oposición…

Tras conocer el acuerdo, los reproches se han sucedido desde el Gobierno y desde la oposición misma de la Comunidad Valenciana. Respecto de los primeros, una de las primeras que se ha pronunciado ha sido la ministra de Educación, Pilar Alegría, quien ha tachado de “inexistente” la “coherencia” del PP y ha señalado que “su cinismo es absolutamente vergonzoso”.

En términos autonómicos, los partidos de izquierdas se han mostrado igualmente muy críticos con el pacto. Así lo ha reflejado en redes sociales, por ejemplo, el candidato por Compromís, integrante de Sumar y exdiputado en la Cámara Baja, Joan Baldoví: “Un día muy triste para la democracia valenciana. PP y Vox han anunciado un gobierno que ataca a las mujeres, los servicios públicos, nuestra lengua y cultura, las personas LGTBI y el medio ambiente. Trabajaremos sin descanso para hacer la mejor oposición contra el peor gobierno”.

Y dentro del partido

No solo fuera, dentro de Vox también son varias las voces críticas con la cúpula y con el presidente del partido en la provincia, Ignacio Gil Lázaro. Uno de los más directos ha sido Vicente Montañez, concejal de Vox en la Ciudad del Turia y que ha denunciado recientemente ante la Fiscalía al partido de Santiago Abascal por presunta financiación ilegal, falsedad documental, prevaricación, malversación, coacciones y organización criminal, con la mirada puesta principalmente en el candidato por Madrid, Javier Ortega Smith.

Montáñez ha publicado algún extenso análisis en ElPlural.com sobre la “excesiva arrogancia para haber llegado a mesa puesta”, sus vínculos con Gil Lázaro y el caso concreto de la condena por violencia de género. Pero no ha sido el único, ya que territorios como Gandía, Alzira, Tavernes de la Valladigna, Torrent, Sollana, Bétera, Quart de Poblet, Sant Joan de Moró o Vall d’Uixo también se han mostrado en contra de su persona.

La “línea roja” del PP

Por su parte, el portavoz del comité de campaña del PP y vicesecretario de Cultura y Sociedad Abierta, Borja Sémper, sostenía esta semana de forma pública desde la sede que la condena por maltrato a Flores era una “línea roja” para los populares a pesar de que el presidente de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, había dado vía libre a los dirigentes regionales para aliarse con los de extrema derecha. Horas después, la formación liderada por el gallego deslizó la posibilidad de que el hecho no supusiera un escollo que tumbara la opción de dirigir la autonomía.

En el escenario actual lo que falta por saber es quién se queda con la vicepresidencia de la región, mientras que el liderazgo de la Mesa de las Cortes y varias consejerías han caído del lado de Vox.