"Se consumó la vergüenza". Así de contundente se ha mostrado el Gobierno ante el preacuerdo alcanzado por el Partido Popular y Vox para la Generalitat Valenciana. Conservadores y ultraderechistas dan un paso más hacia la conformación de un Ejecutivo en coalición en la región, tras ocho años de administraciones del Botànic. Desde el Palacio de la Moncloa, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha lamentado que Génova haya dado luz verde a un pacto con la formación de Santiago Abascal, que abre la puerta del Congreso de los Diputados a un "condenado por violencia de género". En términos similares se ha pronunciado la portavoz socialista y titular de Educación, Pilar Alegría: "Es bochornoso". 

Pasado el mediodía de este martes, Partido Popular y Vox anunciaban que han alcanzado un preacuerdo para gobernar en coalición la Comunitat Valenciana. Lo verbalizaba el candidato ultraderechista a la presidencia de la Generalitat, Carlos Flores, punto de discordia entre sendas formaciones por la condena por violencia machista que pesa sobre él. Fruto de esta aproximación, el que fuera cabeza de lista de Vox en las autonómicas, repetirá en la plancha del partido de Santiago Abascal por Valencia para el Congreso de los Diputados el próximo 23J. La reunión, que ha durado unas tres horas, ha arrojado también un reparto de la Mesa de Les Corts, así como una hoja de ruta de encuentros para valorar el signo de las futuras Consellerias, en base a un reparto “proporcional”.

Este pasado lunes, el portavoz del comité de campaña y vicesecretario de Cultura y Sociedad Abierta del PP, Borja Sémper, explicó que el propio Flores constituía una “línea roja” para la formación conservadora. La condena por maltrato del candidato contra su expareja le alejaba del Ejecutivo regional. Toda vez solventado ese escollo, los populares cerraron el acuerdo sin el candidato de Vox, que ahora encabezará la lista del partido ultra al Congreso de los Diputados por Valencia.

Indignación en Moncloa y Ferraz

La rúbrica del preacuerdo, a expensas del reparto futuro de consejerías entre los dos partidos, ha pillado al Gobierno central en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, flanqueada por los titulares de Asuntos Exteriores y Cultura y Deportes, José Manuel Albares y Miquel Iceta respectivamente, no se ha mordido la lengua a la hora de valorar el reciente pacto entre las dos derechas.

Antes de que saltara la última hora, la titular de Política Territorial abandonaba el tono institucional para descargar toda la responsabilidad de los “efectos y consecuencias” de estos pactos sobre el Partido Popular y Vox, en este caso. Rodríguez afeó el enésimo acercamiento de los conservadores a la ultraderecha, máxime cuando sobre el interlocutor de la fuerza que dirige Santiago Abascal recae una condena por violencia machista. “Es lo suficientemente grave como para no frivolizar con ello”, resumía.

La ministra portavoz elevó más el tono toda vez se le trasladó la oficialidad del preacuerdo, subrayando que la violencia de género no puede ser blanqueada ni utilizada, por supuesto, como “moneda de cambio” para la conformación de gobiernos municipales y autonómicos. En este sentido, ha remarcado que ni tan siquiera debería formar parte de ninguna negociación. En cualquier caso, tras cristalizar el preacuerdo entre las derechas, Rodríguez fue tajante: “Se consuma la vergüenza”. “Ahora tendrán que hablar los españoles en las urnas”, remachó.

En esta línea se movió su compañera de gabinete y portavoz del PSOE, Pilar Alegría. La ministra de Educación fue con una marcha más que Rodríguez. Recriminó al PP su “inexistente coherencia” y su “cinismo vergonzante” por negociar con un condenado por violencia machista, cuyo partido, además, “niega su existencia”. “Me da igual que venga a las Cortes Generales u ocupe un asiento en una consejería. Es bochornoso”, reiteró la cabeza de lista socialista al Congreso de los Diputados por Zaragoza.

“Se les debería caer la cara de vergüenza. Llevan un año diciendo que había que respetar la lista más votada y que no pactarían con cualquiera”, ha recordado la portavoz de la dirección federal del Partido Socialista, al tiempo que auguraba más acuerdos del PP con la ultraderecha. “Se sentarán con ellos las veces que haga falta. Quieren gobernar a cualquier precio, aunque se sienten con condenados por violencia machista”, espetó una Alegría incapaz de contener su indignación.

Tres concejalías en Elche

Entre tanto, PP y Vox también han estampado su firma para colaborar en Elche, en un acuerdo con el que esperan gobernar durante las dos próximas legislaturas. Es el primer Ayuntamiento que se aseguran ambas formaciones, a pesar de que el PSOE salió de las urnas como la lista más votada, enterrando el mantra al que se aferra Génova bajo un pacto que desembocará en la investidura de Pablo Ruz como nuevo alcalde ilicitano.

De hecho, el dirigente conservador ha anunciado que una de sus primeras medidas será la creación de una concejalía de Familias, que estará controlada por la edil ultraderechista Aurora Rodil. Con todo, los populares buscarán poner coto a la acción política de sus socios, por lo que cada concejalía actuará de manera transversal, máxime cuando el PP se quedará la parcela destinada a al Mujer.