Sin criterios para darlos ni evaluarlos y con una visión generalista. Así pretende la Comunidad de Madrid, liderada por Isabel Díaz Ayuso, que los profesores de la ESO impartan el curso que viene temas como El suicidio y las autolesiones durante sus clases de Geografía e Historia. Una idea que cobra mayor relevancia y añade absurdo -dicho por comunidad educativa, oposición y sindicatos- en los contenidos que se refieren a salud mental.

“Es una broma de mal gusto e implica ignorar totalmente el problema”. Así de contundente se pronuncia el portavoz en Educación del PSOE de Madrid (PSOE-M), Esteban Álvarez, a su vez número tres en las listas de Juan Lobato en las elecciones de 2023 y al que le amparan más de 20 años en el mundo de la Enseñanza, primero como profesor y después como presidente de la asociación Adimad.

Álvarez analiza para ElPlural.com la reforma que plantea la consejería que dirige Emilio Viciana y que contiene principalmente dos puntos polémicos: que una parte de Geografía e Historia se imparta en inglés y que incluya conceptos que nada tienen que ver con la materia a desempeñar. Entre ellos, además de los mencionados, el programa contempla otros como El respeto a la mujer; Las drogas, las adicciones o la pérdida de libertad; La libertad, La igualdad ante la ley y el respeto a los demás en la Constitución.

Es una broma de mal gusto

 

La decisión -que experimentó un viraje inesperado en junio, ya que hasta ese momento la Comunidad parecía haber dado marcha atrás en sus intenciones- ha recibido infinidad de críticas, pero las opiniones dejan de ser solo tal cuando entra en juego la legalidad. Y en esta encrucijada se ve envuelta otra vez la presidenta autonómica, y otra vez en materia de Educación, ya que la actual reforma pasa por encima de la Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE). O lo que es lo mismo, la ley educativa a nivel nacional.

Lo hace, explica Álvarez, en varios apartados. El primero de ellos es que hoy por hoy no existen criterios para impartir los contenidos ni dan al profesorado criterios para evaluarlos en caso de que finalmente se desarrollen. La cuestión es especialmente relevante en el currículum que Sol pone sobre la mesa, ya que los puntos no dejan de contener en sí un grado importante de subjetividad. A ello se suma que la fórmula no parece obedecer sino a un “cajón de sastre” en el que ir metiendo más y más cosas sin una hoja de ruta que las ampare.

“Se puede caer en el absurdo de ofrecer visiones generales que después no tengamos manera de saber si el alumno ha asimilado y en qué medida (…) Además, ¿cómo justifica un profesor que ha cumplido con los criterios objetivos?”, pregunta el portavoz socialista, lamentando que el departamento de Viciana “no da ninguna pista”, únicamente “reflexiones a vuelapluma”.

El segundo punto en el que se detiene el diputado de la Cámara regional es el que tiene que ver con los contenidos propiamente dichos: “Claro que hay que hablar de temas como el respeto a la mujer, pero dentro de la asignatura habría que hacerlo con una perspectiva histórica, por ejemplo. Además, estos contenidos ya los contempla la normativa nacional (…) La LOMLOE establece unos ejes y a partir de ahí se desarrolla un currículum; lo que no se puede es desarrollar de esta manera un tema específico, porque vulnera la norma. En resumen, que los contenidos que se quieren impartir ahora, bien ya estaban en la LOMLOE, bien no pueden impartirse al margen de la misma”.

Los contenidos, o ya estaban en la LOMLOE, o no pueden impartirse al margen de la misma

 

En otro orden de cosas, Álvarez recuerda que las regiones carecen de potestad para obligar a los centros a hacer una programación concreta, y trae a colación que el equipo de Ayuso ya lo intentó y le salió mal: “Al final los institutos sí cumplen con la LOMLOE a pesar de que el anterior decreto fue objeto de mucha discusión, también iba en contra de la normativa e igualmente lo único que pretendía era contraprogramar (al Gobierno Central)”.

Siguiendo con esta idea, el responsable de Educación en las filas socialistas afea que la lideresa mantenga la educación como punta de lanza de su particular batalla ideológica, a veces contra Vox, a veces, parece, contra una parte de su propio partido, y siempre contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez: “Ayuso sabe que lo que pretende no es posible, solo una declaración ideológica, una superestructura que sabemos que no va a tener ningún recorrido práctico. Y ella también es consciente, por el contenido, por el tiempo del que se dispone… pero suelta el discurso ideológico para contentar a su público”.

El modus operandi de introducir idearios a partir de la Educación no es nuevo. Se ha hecho históricamente en política, aunque a veces el objetivo último para esto haya sido honorable. “Mi partido intentó en los 80 que determinadas problemáticas -aquí vuelve nuestra fuente, atendiendo al caso presente, a lo relativo a la salud mental o las drogas- se resolvieran a través de contenidos, y se vio que esa no era la solución”, recupera Álvarez.

Una declaración ideológica que el PP sabe que carece de recorrido

 

“Pero el PP insiste (…) Ha pasado del neoliberalismo de Aguirre al neonacionalismo español de Ayuso, sin importarles lo que se da en clase, solo contentar a los electores mientras, por cierto, critica la ideología en las aulas”, refrenda. “La antecesora de la presidenta intentó algo parecido a través de la Filosofía, la Historia… ciencias recurrentes para cumplir este objetivo”, explica.

Sea como fuere, el actual equipo de gobierno no es ajeno a sus detractores ni a la inteligencia de la comunidad educativa. “Creo que hay que estar muy ciego o ser muy partidario del PP para, independientemente de lo que cada uno piense, estar de acuerdo con la medida”, concluye uno de los rostros fuertes del PSOE a nivel regional.

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