Es obvio que el PSOE se halla sumido en una notable división. Así se desprende de los últimos Comités Federales y así se percibe en los debates en agrupaciones y federaciones. Unas distancias y diferencias que no han cesado de crecer por distintos motivos: desde la abstención ante Rajoy  hasta los  rumores de que se pretende modificar las relaciones con el PSC desde una situación de provisionalidad.

La mayoría de la Gestora parece mantener que, como el partido se encuentra alterado en la actualidad, se retrase el Congreso. Discrepo

A esta situación hay que añadir que el partido está, desde hace meses,  fuera de plazo de la celebración del Congreso Ordinario y dirigido por una Comisión gestora interina, de dudoso encaje estatutario según algunos. Habrá que recordar que dicho órgano fue creado para  mantener el partido en marcha para afrontar el proceso de investidura – ya concluido -  y convocar el Congreso y las primarias. La mayoría de esa Gestora  representa la posición ganadora en el último Comité Federal (la abstención ante Rajoy) y parece mantener que, como el partido se encuentra alterado en la actualidad, se retrase el Congreso. Consideran prioritario renovar el proyecto y después elegir a las personas que deban liderarlo.

Sin duda resulta imprescindible renovar el proyecto y rearmarnos ideológicamente. Sin embargo, desde un absoluto respeto a quien piensa diferente, discrepo. Una tarea de tal trascendencia no debe ser conducida por una dirección provisional, al margen y con anterioridad al Congreso. Nuestros estatutos indican que ideas y personas van a la par. Las personas representan proyectos y los defienden en los procesos que nos hemos dado para ello; elegimos las personas por los proyectos que representan. Renovar el proyecto y escoger a las personas que lo tienen que liderar es algo que compete a los Congresos. Desde luego, se puede profundizar en el proyecto a través de Conferencias Políticas, pero siempre bajo la batuta de direcciones estables y elegidas por el Congreso.   

Alargar la vida de una Gestora en funciones con la idea  de renovar el proyecto huele a maniobra

En este sentido urge recuperar la normalidad y celebrar el Congreso con sus primarias. Un proceso que debiera ser pactado, dada la división existente, con reglas claras,  alejando sombras de arbitrariedad, demostrando al conjunto de la militancia que todos participamos y apostamos por la reconstrucción, aunque pueda haber, legítimamente,  distintas miradas para llevarla a cabo. Alargar la vida de una Gestora en funciones con la idea  de renovar el proyecto huele a maniobra para anteponer unas posiciones sobre otras, aunque  no sea esto lo que realmente se persiga. Una situación así, además de sospechosa estatutariamente, ahondaría en la división.

Ahora toca Congreso. Elegir un nuevo Secretario/a General mediante voto individual, directo y secreto de toda la militancia. Que nuevos  representantes recojan el sentir de los representados a través del proceso que se inicia en las agrupaciones, donde los militantes deliberan sobre el proyecto, otorgan confianzas e impulsan la renovación  de  la representación.

La única forma de unir y  ganar en credibilidad y confianza es que los militantes participen y voten

Persistir en  adoptar determinados acuerdos - nada más y nada menos que para renovar el proyecto del partido o modificar la relación con el PSC - desde una representación agotada y al margen y con anterioridad al  Congreso - no es respetuoso con nuestras normas, es hacer un mal favor a la democracia representativa y devalúa la concepción de los Congresos del PSOE.

La única forma de unir y  ganar en credibilidad y confianza es que los militantes participen y voten, que eliminemos la distancia existente entre  representados y  representantes. Por ello, cuanto antes empecemos a tender puentes y a pactar el proceso, mejor para la reconstrucción  del partido.

 Y no solo eso: también estaremos mejor preparados para afrontar con mayor solidez nuestros retos inmediatos y, en su caso,  unas futuras elecciones. Después de escuchar al presidente  Rajoy y su obcecación en mantener las políticas que han creado tanta desigualdad, nadie puede asegurar que no sean más pronto que tarde.

Solo desde un gran respeto por lo que piensen los demás y posibilitando que todo el partido pueda participar será posible recuperar la confianza en nosotros mismos, algo imprescindible para que nuestro proyecto gane en credibilidad y confianza en el conjunto de la sociedad.