Laxitud del Govern
Desde el año 2011 (cuando el PP llegó al poder en Baleares) han ido disminuyendo los controles policiales en los locales nocturnos de Calviá hasta desaparecer. Han mirado hacia otro lado casi una legislatura entera, importando poco o nada lo que allí ocurría y sabía todo el mundo. Magaluf está en el municipio mallorquín de Calviá, tenía en 2013 4.633 habitantes (que multiplica por 15 o 20 en verano) y su única fuente de ingreso es el turismo basura. La localidad consiste en un complejo turístico que contiene una playa de 1.600 metros de largo por sesenta de ancho[.] Posee un centenar de hoteles, hostales y apartamentos, alrededor de doscientos bares, restaurantes, tiendas y clubes nocturnos. Carnage Events Magaluf, la empresa que organiza las rutas durante las que se produce el ‘mamanding’ (felaciones a cambio de copas), se regodea de ello en Internet. Esta empresa de ocio fundada hace dos años usa el sexo en las discotecas como gancho para atraer clientes. No se sabe de donde procede el capital fundacional. No tiene los permisos necesarios para operar en Baleares. Es ilegal.
183 inspecciones la última semana
Desde el pasado día 1 de julio hasta el día 7 el Servei d'Atenció Mèdica Urgent (SAMU-061) realizó un total de 77 servicios por requerimiento de su central de coordinación desde Punta Ballena. Los médicos trasladaron a 37 pacientes hasta los diferentes hospitales. El 85 por ciento de las actuaciones sanitarias que se realizan en el interior de los locales de ocio de Punta Ballena o en vía pública de Magaluf son por agresiones, borracheras o de sustancias estupefacientes (drogas de diseño). Casualmente, y desde que la felación a cambio de cerveza de una turista ha dado la vuelta al mundo abriendo todos los informativos, los locales y establecimientos turísticos de Calvià han recibido 183 visitas de los inspectores. En estas inspecciones, los técnicos del Govern han levantado hasta 53 actas por irregularidades en los establecimiento de ocio. En las últimas semanas han hecho más inspecciones que en los tres últimos años. Las actas están paradas.
Gastar un millón para lavarse la cara
“Estamos negociando con el Govern cómo se tiene que actuar y qué mensajes y medidas se tienen que transmitir para evitar que vuelvan a suceder este tipo de hechos. Habrá una campaña de comunicación conjunta en contra de este tipo de productos, para señalar que se apuesta por un turismo responsable y de calidad”, señalaba la semana pasada la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego. El otro tipo de campaña enfocado en las redes sociales, aerolíneas de low cost y radios británicas, está todavía por cerrarse. El presupuesto global será cercano al millón de euros. Borrego también aseguraba que el problema de los comportamientos incívicos de algunos turistas es un “tema de concienciación” más que de penalización, tanto por parte de los turistas como de los empresarios. “Sobre todo es un tema de concienciación del empresariado y del turista que viene a esa zona; lo tenemos que hacer todos juntos”.
Inglaterra pide acciones ya
El Gobierno británico y la patronal de agencias británicas y touroperadores ABTA exigen al Gobierno español y al Govern que adopten medidas concretas en Magaluf y Punta Ballena, al margen de los mensajes institucionales que se llevan cabo en el Reino Unido, entre ellas el cierre de locales y sanciones a los bares que propicien el turismo de alcohol o las felaciones a cambio de copas en los bares y pubs. No ha habido respuesta. El negocio es demasiado grande para que se ponga en riesgo antes de las elecciones. No hay medidas concretas.
La solución, existe
Ignacio Vasallo ha ocupado diversos cargos políticos, entre ellos el ser fundador y primer director general de Turespaña (Improtur). Como técnico ha sido director de las OETS de Estocolmo, Nueva York, Milán, Londres y París. También tiene en su haber la identidad corporativa del turismo español a partir del logotipo de Miró: fue él quien la puso en marcha. El diario balear ÚLTIMA HORA publicaba este domingo una entrevista con él. “Hay un conflicto de intereses entre los que quieren ennoblecer la zona (Magaluf), caso de Meliá, y los que apuestan por un público joven y nocturno. Lo que ha sucedido en las últimas semanas solo se puede erradicar de una forma: medidas legales concretas de las administraciones, con actuaciones de carácter policial. Hay que controlar los locales, la calle y aplicar las regulaciones y normativas existentes”.
Pep Santos es periodista y comentarista político
