El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, ha afirmado este lunes que el servicio de autobús alternativo al tramo Valdecarros-Sol de la Línea 1 de Metro, cerrado por obras desde junio, está siendo "un auténtico éxito" y es utilizado por 70.000 personas al día. Una afirmación que contrasta con los que los vecinos que usan el servicio afirman ya que en muchas ocasiones no se cumple con la frecuencia prometida y es imposible acceder al autobús.

El servicio se presta desde el pasado 24 de junio, cuando cerró por obras el mencionado tramo. Fue entonces cuando, desoyendo a oposición y vecinos que pedían más líneas alternativas para acortar tiempos debido a los atascos en varios nudos, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) comenzó un servicio gratuito de autobús que cubre el trayecto afectado. No obstante, lo hacía de manera parcial. No hay forma de ir de Sol a Atocha y tampoco los vecinos de Congosto tienen una parada cercana.

Pese a todo, Carabante ha defendido que el servicio se ha prestado "sin que se hayan producido especiales problemas", más allá de algunos que se produjeron en "los primeros días" de obras y que "fueron subsanados". Una cuestión que contrasta con lo que viven día a día los vecinos con masificaciones, buses que no circulan a la hora prevista o que directamente son eliminados provocando frecuencias de más de diez minutos.

Por sorpresa, ha asegurado además que "en apenas unos días" se procederá a la apertura completa de la Línea 1, sin concretar la fecha. No obstante, la finalización de las obras está prevista a finales de octubre y Metro aún no ha anunciado una fecha concreta para su conclusión.

Por su parte, el concejal del PSOE Ignacio de Benito ha acusado al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid de actuar con "irresponsabilidad" y un "profundo sectarismo", provocando "atascos diarios" y abocando a los vecinos de Vallecas a tardar hasta una hora en llegar al centro de la capital. Por poner un ejemplo, ir desde Miguel Hernández a Atocha en metro suponía escasos 13 minutos a las cinco de la tarde. Con el servicio especial se va a más de 35.

De la misma forma, ha lamentado que se hayan desoído las propuestas de su grupo para facilitar la movilidad, como implantar un servicio de lanzadera desde el Ensanche de Vallecas hasta Conde de Casal por la autovía A-3 evitando atascos y transbordos en Pacífico o crear otros servicios de autobús que lleven a los viajeros a estaciones de Metro de las líneas 9 y 6 como sí ocurría en 2016 cuando se cerró la línea de nuevo y el Gobierno de Manuela Carmena implantó un servicio alternativo más completo.

Un servicio que en 2016 funcionó

Álvaro Fernández Heredia, exgerente de EMT durante el mandado de Manuela Carmena explicaba hace unos meses a ElPlural.com las diferencias entre este plan y el aprobado entonces. "En 2016, durante el gobierno de Manuela Carmena, la EMT preparó el dispositivo especial para el cierre que consistía en tres servicios especiales con más de 43 autobuses articulados con unas frecuencias de entre 3 y 6 minutos y reforzó entre un 20 y 46% hasta 5 líneas de la red convencional para que fuera más rápido llegar a otras líneas de Metro. Preparamos un plan alternativo de movilidad que incluyó la implantación del carril bus de avenida de Albufera, desvíos provisionales y un dispositivo de seguimiento de agentes de movilidad, al tiempo que se coordinó una campaña comunicativa con el Consorcio de Transportes desde el mes de abril", recuerda destacando que el mencionado dispositivo "dio como resultado que se pudiera transportar a más de 10 millones de personas entre julio y noviembre sin ninguna incidencia". 

Unas obras que tendrían que haberse hecho en 2007

Se trata de unas obras que debieron realizarse hace casi veinte años y que el Ejecutivo autonómico ha retrasado hasta 2023. "Las obras de reforma de la Línea 1 de Metro se tendrían que haber acometido antes de la crisis", indicaba un portavoz de Metro en 2016 a los medios de comunicación. En aquel entonces la Comunidad de Madrid, gobernada entonces por Cristina Cifuentes, cerraba el mismo tramo para reforzar la catenaria y las paredes de los túneles. "Deberían haberla realizado después de la última ampliación. Una vez acabada la extensión de la red se tendría que haber realizado un trabajo de reforma de las líneas", explicaban entonces dejando claro que el no haber acometido las obras nunca ha supuesto un resentimiento de la seguridad. De hecho, ya avisaban del cierre que Ayuso ultima y comunicará pasadas las elecciones. "Pasados unos años, tendremos que volver a hacer otras para la reforma de las vías", indicaban en Metro.

"Se tendría que haber mantenido el esfuerzo inversor en la reforma de los túneles desde finales 2007. El problema es que, luego, llegó la crisis y el ajuste presupuestario obligo a todas las entidades públicas a apretarse el cinturón, lo que hizo que se redujese el dinero para obras", añadían hace siete años en Metro de Madrid.