Gesto significativo, pero en alguna medida enigmático, el del portavoz del grupo parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández, que, coincidiendo con el fin del estado de alarma, ha hecho público este domingo un duro comunicado en el que amenaza sin medias tintas la estabilidad del Gobierno andaluz.

Desde que, hace un año, obligó a Cs a sentarse en una mesa a firmar con ellos y con el PP un acuerdo político con 34 medidas a cambio de apoyar los Presupuestos del Gobierno andaluz, nunca Vox se había mostrado tan irritado ni amenazante como hoy. La última crisis del 'tripartito' tuvo lugar con ocasión de la implantación del pin parental en el currículo educativo: Cs, con la complcidiad del PP, se resistió a aplicarlo y Vox acabó cediendo.

"No vamos a seguir apostando por la estabilidad del gobierno de la Junta más de lo que lo hacen desde Ciudadanos", dice Hernández, aunque tampoco excluye al PP de sus críticas: "Deben asumir que es imposible decir una cosa en Madrid y la contraria en Andalucía. Vox no va a entrar en ese juego ni va a contribuir a la confusión de los andaluces y del resto de españoles".

Los ultras reprochan a Cs que haya votado “en contra de sus propuestas recogidas en los pactos presupuestarios” y dejan caer esta amenaza: no van a permitir que "contenidos y programas con importantes modificaciones normativas de calidad se amalgamen desordenadamente y sin criterio estructural ni jurídico vía decreto".

A partir de ahora el partido se propone ser "mucho más exigente de lo que ha venido siendo hasta ahora, tanto por lealtad como por responsabilidad ante la situación de crisis".

Hernández no dice explícitamente que Cs vaya olvidándose de su giro al centro, pero sus argumentos parecen ir en esa dirección, dado que este partido ha apoyado en el Congreso un estado de alarma cuya gestión por el Gobierno ha sido “desastrosa (…) con una acumulación de poderes que ha instrumentalizado con un criterio sectario y partidista".

Además, Andalucía ha sido "víctima de estas actuaciones, con un gobierno de la Junta absolutamente impotente que ha permitido que se haya privado a la región de lo que se entregaba a otras comunidades autónomas de forma interesada en función de los apoyos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iba requiriendo para las ilegales prórrogas del estado de alarma".

"Hemos asistido –añade– a una subasta de favores que acentúa las desigualdades entre los españoles en función de su residencia", mientras la Junta de Andalucía asumía "la terminología orwelliana hablando de normas para la nueva normalidad".

Al diagnóstico político añade Hernández un párrafo para burlarse del presidente de la Junta: "Si ya se emuló en 'Aló presidente' del cargante Sánchez con unas alocuciones dominicales del presidente de la Junta, Juanma Moreno, en las que cada vez se nos daba menos información para emplear esos tiempos de máxima exposición mediática sobre todo en un discurso de propaganda autocomplaciente, vemos también ahora cómo se insiste en una técnica, la del decreto-ley que se pretende imponer bajo la excusa de las razones de urgencia".