Se supo ayer a última hora de la tarde: el Tribunal Constitucional (TC) desestima la vuelta provisional al grupo parlamentario Adelante Andalucía de los nueve diputados expulsados del mismo por el Parlamento en noviembre pasado, en una decisión que los condenados consideran sin fundamento legal ni jurisprudencial alguno.

La noticia no significa en ningún caso que Teresa Rodríguez y los suyos hayan perdido la guerra, pero sí supone perder una batalla justo en el peor momento: la víspera de que este sábado en Granada se celebre la asamblea de “refundación” de Adelante Andalucía, la confluencia con la que Podemos, Izquierda Unida y dos pequeñas marcas del andalucismo de izquierdas concurrieron a las elecciones autonómicas de diciembre de 2018.

Obtuvieron, no sin decepción, 17 escaños que ahora son solo 8 porque los 9 restantes fueron arrojados al limbo de los ‘no adscritos’, donde conservan los derechos básicos de todo diputado de a pie, pero no las prerrogativas de los grupos parlamentarios, lo que resta a los expulsados gran parte de su visibilidad parlamentaria y mediática.

No hay "perjudicio irreparable"

Con fecha del pasado 21 de junio pero notificado ayer viernes, el auto de la Sala Primera del Constitucional ha acordado denegar de forma cautelar suspender la expulsión decidida por la Mesa del Parlamento, pero admite que "el hecho de que el presente recurso de amparo sea instado por quienes están investidos por el voto popular y ejercen la esencial función representativa de los ciudadanos, aconseja reducir al máximo posible la eventual afectación de sus derechos y, consiguientemente, adelantar, en cuanto sea compatible con la tramitación procesal, el momento de dictar sentencia".

El Alto Tribunal entiende que, aunque no en condiciones "iguales" que si siguieran formando parte del grupo parlamentario Adelante Andalucía, los diputados no adscritos no han sufrido “un perjuicio irreparable” y pueden seguir ejerciendo sus "derechos representativos en su esencia y, en particular, ejercer su derecho de voto en la Cámara", por lo que "no cabe entender que la eventual concesión del amparo en relación con el acuerdo de su baja en el grupo parlamentario al que pertenecían pierda su finalidad si no se suspenden los acuerdos impugnados que tienen por contenido derechos parlamentarios".

Concluyen los magistrados de la sala primera que haber restituido a los diputados al grupo del que están expulsados “supondría anticipar el examen y la resolución de la cuestión suscitada sobre la lesión del derecho de los diputados recurrentes al ejercicio del cargo parlamentario en condiciones de igualdad”.

Federales y confederales a la greña

La sentencia dictada por el tribunal de la Mesa del Parlamento consideraba que los expulsados habían cometido el delito de transfuguismo por darse de baja como afiliados de Podemos pero no del grupo parlamentario Adelante, del que formaban parte en representación de la formación morada.

Rodríguez y los suyos defienden indignados su inocencia, les parece escandalosamente hipócrita la acusación de transfugismo y vienen a sostener que, en realidad, son los diputados que siguen en el grupo quienes han traicionado los principios inspiradores de la confluencia, en especial el relativo a una configuración orgánica de perfil confederal y “obediencia andaluza”. 

Sin embargo, el carácter condeferal que ahora defiende explícitamente Rodríguez nunca formó parte del vocabulario público de la confluencia ni de sus dos principales fundadores, la propia Teresa y el coordinador de IU Andalucía Antonio Maíllo, hoy fuera de la política pero alineado en las milicias federales. De hecho, si el concepto de 'condeferación' hubiera sido de modo explícito el pilar sobre el que se sustentaba Adelante, los militantes de Izquierda Unida nunca le habrían dado su apoyo.

El frente del Tribunal Constitucional no es, en todo caso, el único de la guerra de Adelante. Ambos bandos librarán también una batalla jurídica por la popiedad de la marca Adelante. La formación que hoy nace oficialmente en Granada se llamará Adelante, pero Izquierda Unida y Podemos están decididos a pleitear para recuperarla.

Cuánto pueda cotizar finalmente la marca en el parqué electoral cuando este se abra sus puertas, es difícil preverlo, pero es seguro que hasta que llegue ese momento la guerra seguirá desangrando los ya de por sí menguados y desnutridos ejércitos que dominan la demarcación situada a la izquierda del Partido Socialista.