El Partido Popular (PP) de Sevilla disparó en plena crisis económica los gastos en comidas y copas. El grupo municipal invirtió (o despilfarró) dinero a espuertas en almuerzos y bebidas con fondos públicos durante los peores años económicos.

En concreto, según Diario de Sevilla , 20 concejales del partido que controló el Ayuntamiento entre 2011 y 2015 llevaron a cabo un gasto ingente de dinero en un período en el que manejaron más de 1,1 millones de euros gracias a las asignaciones que le correspondieron para su “funcionamiento”.

En aquellos años, el PP hispalense tuvo dos presidentes: José Luis Sanz, actual alcalde de la capital andaluza, y Juan Bueno, ahora primer teniente de alcalde. Pero entonces, Sanz ejercía como presidente del Partido Popular sevillano, cargo que ostentó entre 2007 y 2012 cuando, además, pasó a ser secretario general del partido en Andalucía, lo que le llevó a aumentar de forma considerable su cuota de poder orgánico, tal y como recuerda el medio mencionado. Si bien Sanz fue relevado en la presidencia del partido por Bueno, sea como fuere, ambos tenían sí o sí conocimiento directo del uso de los fondos.

El grupo popular aumentó considerablemente los ingresos en ese mandato al disfrutar del récord de concejales, y es que de los 17.000 euros mensuales que recibían en el mandato anterior, cuando se quedó en la oposición a pesar de haber sido la lista más votada, saltó hasta los 23.000 euros al mes en el nuevo mandato entre 2011 y 2015.

Ningún grupo municipal ha obtenido dicha cantidad para sufragar gastos, mientras llaman la atención los altísimos gastos en hostelería y otros conceptos. De hecho, el periódico muestra algunas de estas facturas que basaban sus términos en comidas, cenas o bebidas, como una correspondiente a octubre del 2011 en el entorno del Parque de María Luisa, concretamente en el desaparecido restaurante La Raza.

Ese día presentaron en Sevilla al cabeza de lista a las elecciones generales, Cristóbal Montoro, que después sería ministro de Economía en la etapa de Mariano Rajoy. Al político se le sometió a un proceso rápido de “sevilllanización”, que incluía un encuentro con representantes del sector turístico en aquel bar.

Facturas de 800 euros

La factura de esa ‘reunión’ alcanzó los 845 euros en comida y bebida y fue abonada con los fondos públicos asignados al grupo municipal, tal y como se concreta en la documentación. Los elementos que se consumieron fueron 78 cañas de cerveza, 36 copas de vino, raciones de jamón, croquetas y varios tipos de pescado, así como varios alcoholes de más graduación como whisky, ron o ginebra.

Pero hay otras facturas que no pasan desapercibidas. Así las cosas, llama la atención una fechada a 1 de febrero de 2012, en la que se anuncia de forma explícita que el gasto viene justificado por un “evento de Zoido y sus escoltas”. De nuevo en el mismo restaurante, se detalla que el gasto será para entre diez y doce comensales, a la vez que aparecen anotadas varias observaciones con las que se espera que todos estén bien, con “raciones abundantes”. En este caso, el coste fue de 366 euros y se gastó de la cuenta del grupo popular; de un Banco Santander de la Puerta de Jerez.

Y todo ello derivado de una ley que se podría decir más austera que otra cosa. Los propios políticos restringieron bastante de los actos que en otra tesitura se habrían celebrado más a bombo y platillo. Un caso claro de esto, las entregas de medallas de la ciudad que habían tenido lugar en los años anteriores se habían llevado a cabo sin un refrigerio posterior que hasta el momento era normal.

Cabe destacar, entretanto, que el propio Montoro promovió una ley estando en el Ejecutivo para que los ayuntamientos contuvieran el gasto. Entre ellas, tasa de reposición cero, planes de pago a proveedores y otras limitaciones al gasto. El propio Zoido echó el candado a la caseta municipal en el transcurso de las dos primeras ferias de Sevilla que pasó como alcalde de la ciudad hispalense. En la tercera, se abrió a la posibilidad de que las firmas de hostelería que quisieran de Sevilla pudieran ofrecer sus productos a cambio de publicidad.

El gasto de los consistorios siempre ha resultado un tema complejo, ya que es escasa y la poca que existe se considera insuficiente por parte del Tribunal de Cuentas. Por lo general, los partidos a nivel municipal no indagan demasiado en esta cuestión en un sentido más estricto, aunque el Ayuntamiento de Sevilla sí que realizó un desarrollo en 2019 en su artículo 25 del reglamento del Pleno, que establece que los fondos deben asignarse al “funcionamiento” del grupo municipal, y no regula, urde decir, los que tienen que ver con refrigerios o derivados.

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