A Juan Manuel Moreno Bonilla nunca le han importado los pueblos; desde el primer día los abandonó. Nunca ha mostrado el más mínimo interés por los andaluces y andaluzas que viven en las zonas rurales. Siempre los ha tratado como ciudadanos de segunda, o incluso de tercera, recortando sus oportunidades, y muchas veces, su calidad de vida.
Pero los pueblos andaluces no se rinden. Sus vecinos luchan a diario por tener los mismos derechos que quienes viven en las grandes ciudades. Es el caso de Genalguacil, con un alcalde valiente, Miguel Angel Herrera, que no duda en plantar cara a las instituciones cuando se trata de defender a su pueblo: lo hizo por la sanidad, durante el incendio de Sierra Bermeja y lo vuelve a hacer ahora, ante la decisión de la Diputación de Málaga (PP) de organizar una prueba automovilística que bloquea el acceso principal al pueblo en plena feria.
Señores Moreno Bonilla y Francisco Salado, ¿se cortaría una vía principal de acceso a Málaga, Marbella o Antequera durante su Semana Santa o su feria? ¿Organizarían una prueba similar si afectara al desarrollo normal de alguna ciudad? Entonces, ¿por qué se hace en Genalguacil los días 26 y 27 de abril, coincidiendo con sus fiestas patronales?
¿Es por ser un pueblo pequeño? ¿Es por ser rural? ¿Es porque creen que sus vecinos no tienen voz? Esta decisión es un atropello institucional, un agravio que resulta inaceptable. ¿Cómo se puede bloquear el acceso a un pueblo durante dos días por una prueba deportiva? Y peor aún: ¿cómo hacerlo en los días de mayor afluencia, donde muchos visitantes se desplazan desde la Costa del Sol? ¿Qué pérdidas económicas supondrá todo esto para el municipio?
La feria de abril de Genalguacil no es solo una tradición; es clave para su economía local. Negocios, alojamientos, comercios y empleo dependen de esos días. Interferir en ese ciclo es una amenaza directa a la sostenibilidad del pueblo. Moreno Bonilla no puede hablar de despoblación mientras ignora a quienes luchan por quedarse en el territorio.
Este aislamiento compromete la seguridad, el acceso a atención médica urgente, el transporte logístico y el derecho a participar en la vida cultural del municipio. ¿Qué medidas se han contemplado han previsto al respecto desde la Diputación y la Junta de Andalucía? ¿Tienen algo que opinar?
El alcalde socialista de Genalguacil ha registrado una solicitud ante la Diputación, alertando del problema: la carretera MA-8301, principal acceso desde la Costa del Sol, será cortada estos días, justo cuando la carretera Ronda-San Pedro también está cortada por obras. Esto agrava aún más el aislamiento. No es un error de calendario: es una forma clara de discriminación territorial.
Genalguacil, en la Serranía de Ronda, es el único “pueblo museo” del mundo. Con apenas 400 habitantes, alberga más de 200 esculturas en sus calles. Ha sido reconocido por The Times como uno de los pueblos más bonitos de España, y es referente europeo en innovación rural. Su alcalde ha convertido el arte y la cultura en una forma de vida.
Herrera defiende a su pueblo sin descanso. Ha denunciado el desmantelamiento de la sanidad rural: en teoría, Genalguacil tiene un médico cuatro veces a la semana, durante dos horas al día. En la práctica, los vecinos, al igual que los de Jubrique, se quedan sin atención primaria varios días por semana.
Los vecinos de Jubrique y Genalguacil deben hacer un trayecto de 30 minutos para ser atendidos por un equipo médico de urgencias que se ubica en Algatocín, pero tardan una hora para llegar al hospital comarcal de la Serranía de Ronda. El alcalde de Genalguacil ha alzado la voz en reiteradas ocasiones que solo hay una ambulancia para la zona, lo que implica que en el caso de que se encuentre realizando algún traslado y se de otra urgencia, la segunda no pueda ser debidamente atendida. Así tiene Moreno Bonilla la sanidad en los pueblos.
Durante el incendio de Sierra Bermeja, que arrasó más de 7.400 hectáreas, el alcalde criticó la tardanza de la Junta de Andalucía de Moreno Bonilla en pedir ayuda a la UME. Entonces, como ahora, estuvo al lado de su gente desde el primer minuto.
También denunció la exclusión de los pequeños municipios en las ayudas para mantener los cajeros automáticos. “Estamos cansados de que el PP gobierne contra quienes hemos decidido vivir en el medio rural”, dijo. Y ahora vuelve a alzar la voz: considera intolerable que, una vez más, la Copa Diputación de Málaga – Subida a Peñas Blancas impida el acceso al municipio durante sus días grandes y no es la primera vez.
Ya en 2024 advirtió del perjuicio que provocó esta misma prueba, celebrada en las mismas fechas. Para evitarlo, el Ayuntamiento notificó con antelación las fechas de la feria. Lo hizo en octubre y volvió a reiterarlo en enero. A la Diputación y a la Junta de Andalucía les ha dado igual. Ha repetido el atropello, sin consultar, sin coordinar, sin sensibilidad institucional.
La Diputación de Málaga no puede amparar esta desigualdad. No puede legitimar un evento que aísla, daña y margina un municipio al que, por ley y por dignidad debería proteger. El alcalde socialista ha pedido la cancelación inmediata de la prueba en esas fechas y su reprogramación en un momento compatible con el calendario local. Es lo mínimo que merece un pueblo comprometido, responsable y dispuesto al diálogo. Los vecinos de Genalguacil no piden privilegios. Solo exigen no ser castigados por existir.
Sr. Moreno Bonilla, ¿por qué abandona los pueblos? ¿Por qué considera a sus vecinos ciudadanos de segunda? ¡Tanto que prometía que combatiría la despoblación y resulta que los pueblos parece que le estorba! Andalucía no puede permitirse dejar atrás a sus pueblos, que son el corazón de su identidad y su riqueza cultural. Son cientos de miles de andaluces que viven en pueblos y deben tener los mismos derechos y disfrutar de los mismos servicios que los que vivienda en ciudades. Los pueblos tienen mucho futuro en Andalucía, aunque el PP no se quiera enterar.