Golpe con todas sus consecuencias futuras de la dirección del los populares andaluces al PP malagueño. Con matices, con mucho esfuerzo e intentando nadar y lavar la ropa por fin Zoido ha hablado sobre los incidentes protagonizados en el Museo Picasso de Málaga, y antes en un hotel, con el acoso a la presidenta de la Junta de Andalucía por parte de alcaldes, diputados provinciales y un parlamentario andaluz, todos del PP malagueño.

En contra de cualquier escrache
El presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, ha tardado una semana en hablar pero finalmente lo ha hecho. Y aunque matizaba que Susana Díaz debería haber recogido la carta si ha señalado que sus compañeros de partido "no deberían haber ido a la puerta de un hotel" así como ha confesado que él está en contra de cualquier tipo de "escrache".

Extrema debilidad del PP de Málaga
Todo esto se produce en un momento de debilidad en el PP malagueño tanto por su aislamiento de la órbita regional y nacional como por la situación de "verso suelto" de su presidente Elías Bendodo. A ello se une el hecho que desde el PP nacional y regional no se ha visto con buenos ojos esta actitud protagonizada por muchos cuadros dirigentes malagueños que dejarían sin argumentos los escraches a cargos del PP nacional que han sufrido escraches

Díaz sabe cual es su opinión sobre lo sucedido
El presidente del PP andaluz ha asegurado que la presidenta sabe cuál es su opinión sobre este asunto y ha indicado que él está a favor del diálogo y de "escuchar a todo el mundo". Para Zoido, debe mantenerse en primer lugar la comunicación suficiente para que no se vuelva a producir "ningún tipo de reivindicación" de ese tipo y que también "se mantengan las formas" en la protesta. "Hay que saber escuchar y es verdad que hay que saber guardar las formas por parte de todos", ha añadido el líder del PP-A, quien ha dicho que él se ha caracterizado siempre por "saber aguantar a muchos y saber escuchar a todos".

Ha hecho hincapié en que cree que los alcaldes "deberían haber sido escuchados" y que "quizás no debieron ir a la puerta de un hotel, pero antes los tenía que haber escuchado la presidenta".