De agresivo y partidista ha tachado el PP al nuevo Ejecutivo andaluz, formado por PSOE e IU. No ha había sido investido aún esta mañana José Antonio Griñán como presidente de la Junta y ya en el PP hacían valoraciones sobre las acciones de gobierno de éste y Valderas.

Que en campaña electoral en el PP digan o adviertan a su electorado de lo perjudiciales que pueden ser las políticas de este binomio izquierdista para los intereses de la derecha política, económica y social es lo más lógico del mundo. En una campaña electoral uno espera que los candidatos de una opción determinada digan cómo lo harían ellos y lo que no les gusta de cómo lo hacen los otros. Eso es lo normal.

Lo que no es normal es que un gobierno no haya echado a andar y ya sea sospechoso de buscar la “confrontación” (PP dixit). Porque ni siquiera se habla de las políticas que desarrollará el nuevo gobierno andaluz. En el PP se han venido quejando durante el primer trimestre del año de las críticas de la izquierda sobre recortes y los cambios políticos neoliberales que se han aplicado en los primeros ciento y pico de días de gobierno de Rajoy. Decían en el PP que no es justo que se les critique, por el poco tiempo que había pasado. Sin embargo, es el propio PP el que acusa al inminente Ejecutivo Griñán-Valderas de buscar la confrontación y querer sacar rédito partidista. En el PP lo que vienen a decir es que ni PSOE ni IU están ahí para hacer política, para buscar, desde su óptica, la mejor manera de resolver los problemas de los ciudadanos, sino por sus intereses partidistas. Me recuerda ese perverso discurso de la derecha al del niño con cara de bueno de las películas, cuyos padres piensan que su vástago es un angelito cuando en realidad lo que engendraron es un demonio.

Al PP le sientan mal muchas cosas: perder, por ejemplo, es una de ellas. Es cierto que este partido sacó 40.000 votos más que el PSOE, pero en el PP saben de sobra que las elecciones son al Parlamento y la suma de PSOE e IU es una aplastante mayoría del 60% de representación frente al 40% que solo representa el PP. Saben de sobra en la derecha sureña que cuando están hablando de gobierno ilegítimo, de que no lo han elegido los ciudadanos, están mintiendo. En ese caso, les pido encarecidamente que acudan a los organismos judiciales correspondientes y denuncien si eso que dicen de boquilla lo creen así. Emponzoñar la opinión pública y confundir a personas poco informadas sobre la realidad parlamentaria es tan rastrero, como ridículo es no saber asumir que no han obtenido la confianza de la mayoría, aunque sí de buena parte de la sociedad, que no es poco. Rastrero, ridículo y peligroso. Pero ya sabemos que de la demagogia y del descrédito de las instituciones democráticas vive el hombre de derechas en esta era de resurgimiento del neofascismo, que, si bien, siempre ha estado ahí implícitamente, ahora es más explícito y a echado a volar, no con forma de águila, pero sí de gaviota. Y cuidado, porque ya sabemos qué hacen las aves cuando surcan los cielos.