Domingo 9.25.- La costumbre es más poderosa que el pánico. El domingo pide sueño y mañanas entregadas a la pereza, algo que se parece a lo que era.

Domingo 14.00.- Sánchez anuncia quince días más. Se me viene a la cabeza un personaje de Cela que compró un calendario y se sentó para ver pasar el tiempo.

Domingo 14.05.- Los niños, en respuesta, han convertido el salón en un campamento indio, en un circuito de velocidad, en un parchís interactivo. Como en la Bolsa, lo tenían descontado.

Domingo 14.15.- Hemos votado para designar al delegado de la segunda semana de compras. El debate ha sido afilado. Una hora y media de libertad y de peligro. No conozco combinación más adictiva. Gané por la mínima. Puse por delante la tarjeta de crédito.

Domingo 11.25.- Finjo que voy a la farmacia a por tres cuartos de kilo de paracetamol, cuando en realidad deseo que la lluvia me bendiga la entrada de esta primavera secuestrada en los balcones. Me para un poli. No es el mismo del otro día. No me vacila. ¿Seré yo?

Domingo 9.35.- Leyendo a Avendaño (la codicia del Rey padre amenaza con destruir al Rey hijo) se me viene con infinita vergüenza ajena aquella lamentabilísima confesión multimedia de abril de 2012: “Lo siento mucho; me he equivocado; no volverá a ocurrir”.

Domingo 9.36.- Aquel amigo de Aznar, ¿cómo se llamaba? Ah, sí, Blesa. También era cazador. Pero no pudo soportar la universalización de su infamia.

Domingo 9.37.- Siento que me acaban de robar la poca inocencia política que me quedaba. Dice Stiglitz: los ricos amañan el sistema educativo y consiguen un marco jurídico que les beneficia frente a los demás.

Domingo 9.38.- ¿Si las obras de los genios son de dominio público a los 70/80 años de su muerte, para que sus sobrinas tengan vidilla (soy de Granada), por qué los ingentes dineros de los negocios de los ricos, coronados o no, son intocables hasta que el tataranieto más tonto derrocha millones y mala educación en los casinos?

Domingo 9.39.- Ahora que estamos de moda los chinos me gustaría ver a (don) Juan Carlos con un cartelito tipo Mao colgado de su noble cuello: “Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir”.

Domingo 21.03.- Un abogado querido (que ya es difícil), embutido en la selva jurídica de los ere, me remite un poco de veneno: a ver quién es el guapo que firma los ertes urgentes con dos renglones de papeles. Ayala ensaliva: Sánchez prevaricador. Y todo su Gobierno. Más o menos, 25 años de instrucción televisada.