Juez mediático por antonomasia se sienta en el banquillo del Supremo para soportar las inquinas de sus adversarios togados. Garzón es un titular, como Messi o Cristiano, no es un hombre de banquillo. Garzón ha inquietado siempre con un paso firme de batallador al servicio de la democracia y sus leyes. La injusticia nos hace perder el tiempo con Garzón y sus cuitas judiciales; la desvergüenza y el ladrón de “guante de lujo” buscarán todas las letanías de la libertad que les conquistamos para amparar con ella sus saqueos. Estamos a la espera de la Justicia de verdad.