No quiero aprenderme el nombre del magnate ruso propietario del extravagante navío que presume entre las medusas costasoleñas; prefiero dedicarle un tic tac de mi memoria a las fotos que sonrojan al mundo de los que todavía nos llegan en pateras ¡menudo ejemplo!

Entre esos paréntesis de ostentación y miseria absoluta, mientras el emigrante del este que cayó y calló con el muro vuelve a su tierra y los palos de golf nos llegan del norte a torrarse por dieciocho hoyos en nuestras flamantes pistas aeroportuarias, nuestro Rey y concejales nos dan una clase de solidaridad dimitiendo de la extraordinaria de Navidad ¡menuda representación!

Todo está jodido como para que doña Andrea Fabra se convierta en la hooligan de la jodienda. Tarde ya, pero quizás pronto, debiéramos tener la lista abiertas para la elección de nuestros representantes, porque el casting interior de los partidos no está fino. La señora diputada dice que no se siente “honrada” por lo que dijo, pero ha conseguido ser conocida y nunca olvidada, en una intervención tan breve como desorejada ¡menuda eficacia!

Leo que el programa Españoles por el mundo, tiene overbooking con los 40.000 jóvenes españoles que han cogido la de Villadiego, con los títulos universitarios en la mochila. Las distancias y el conocimiento se han reducido, somos Europa, es decir, ya no tienen que enseñar los pasaportes. Pero me temo que la sociedad del conocimiento se convierta en la sociedad del movimiento a pesar de la cercanía de la Red ¡menudo lío!

En este menudo juego de calores y sin sabores ha sido reelegido Miguel Ángel Heredia como secretario general del PSOE malagueño, con más adhesión que para su primer mandato. Los dimes y diretes que el largo proceso interno de elección ha tenido, desde el primer encuentro de Los Caballos ¡menudo menú! Han propiciado un cambio generacional que se resistía a medias, desde los viejos éxitos y secuelas ulteriores de los socialistas malagueños.

La generación de Heredia tiene que demostrar ya su eficacia externa, sin entretenimientos de cuarto de banderías internas. Los que ostentamos anteriores experiencias solo nos queda estar en actitud de servicio a la causa, ni tan siquiera es recomendable el consejo, porque puede uno ponerse tan pesado de contar hazañas lejanas como cazadores, pastores y coetáneos de los dinosaurios, así podríamos quedar relegados a extras de el próximo parque jurásico disfrazado de Rex ¡menudo calor!