Emilio Lledó. Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanides. EFE



El filosofo, humanista y académico sevillano Emilio Lledó, que en su dilatada trayectoria ha aunado la investigación filosófica, la literatura y la docencia, ha sido galardonado hoy con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015.

Un ensayista de alto nivel
Lledó (Sevilla, 1927), gran defensor del libro, el lenguaje, la enseñanza de las humanidades y la memoria, está considerado un ensayista y divulgador de alto nivel que ha tratado temas tan diversos como la defensa de la lectura, la felicidad, el silencio, la belleza y la verdad.

28 candidaturas de 15 países
Al premio, dotado con 50.000 euros y una escultura diseñada por Joan Miró, se habían presentado 28 candidaturas de 15 países, entre ellas la del historiador mexicano Miguel León-Portilla, que llegó junto al pensador español a las ultimas votaciones.

Premio Nacional de las Letras 2014, Lledó había sido propuesto para este galardón en ediciones pasadas, y con su reconocimiento, el Premio Princesa de Asturias ha vuelto a apostar por un humanista después de que en los tres últimos años lo hubiese hecho en el campo de la comunicación.

"Anodadado y orgulloso del premio"
Lledó ha recibido hoy "orgulloso y anonadado" la noticia de que el jurado de los Premios Princesa de Asturias le ha concedido su galardón de Comunicación y Humanidades porque, ha confesado en declaraciones a Efe, a su edad, algo así le da "un poco de marcha".

"Me quitó el premio Mafalda... con todos los merecimientos"
"El año pasado fui finalista, y me lo quitó Mafalda, el personaje de Quino, con todos los méritos y derechos y me siento orgullosísimo de haber estado con él entre los candidatos, pero este año parece que no ha habido ninguna Mafalda. Aún así me ha caído de sorpresa", ha asegurado.

"A mi edad, un premio así me da un poco de marcha"
Un tanto agobiado con las llamadas de teléfono porque aún no había concluido de redactar su conferencia de esta tarde en la Casa del Lector y necesitaba "un poco de silencio" para terminarla, se ha confesado "orgulloso, agradecido y anonadado", aunque "no envanecido". "A mi edad, (87 años) un premio así me da un poco de marcha", se ha reído.

Seguirá trabajando
En los últimos tiempos los premios le caen "casi en ataque", ha bromeado de nuevo porque, además, se da la circunstancia de que cuando recibió el año pasado el Premio Nacional de las Letras preparaba para esa misma tarde una conferencia en la Asociación de Editores de Madrid. "Mi mayor satisfacción -ha confesado- es poder seguir trabajando y manteniendo los mismos ideales que tenía de jovencito", cuando se marchó a estudiar a Alemania.