Era demasiada casualidad. El 10 de agosto de 1932 fracasó el golpe de Sanjurjo y justo cuatro años después, cuando todavía no había pasado un mes del comienzo de la Guerra Civil, son fusilados en la antigua hacienda de Hernán Cebolla cinco ciudadanos respetables. El más conocido es Blas Infante y Pérez de Vargas. Junto a él, cayeron ante el pelotón de fusilamiento Manuel Barrios Jiménez, maestro nacional, socialista, funcionario de los juzgados; José González y Fernández de Labandera, que era el alcalde de Sevilla cuando fracasó la sanjurjada; Emilio Barbero Núñez, ferroviario y teniente de alcalde del Ayuntamiento; y Fermín de Zayas, funcionario de Arbitrios del Ayuntamiento y masón.

Hoy se cumplen 75 años de los fusilamientos
Cinco días antes murieron fusilados en ese mismo lugar José Manuel Puelles de los Santos, presidente de la Diputación y médico del Sevilla Fútbol Club, a quien le saquearon la clínica y le destrozaron los aparatos de rayos X, y José Luis Relimpio, médico y delegado provincial de Trabajo. Hoy se cumplen 75 años del fusilamiento en este mismo escenario, la que fue una hacienda con 760 fanegas de tierra calma, de José Moya, tranviario, natural de Osuna. Ayer, su hija Rosa, que tenía dos años cuando lo mataron, depositó una rosa en el lugar.

"El holocausto español"
En 2004, el historiador Paul Preston se reunió en el parador de Zafra con un grupo de investigadores locales que estaban estudiando los pormenores de la Guerra Civil en Andalucía y Extremadura. Ese mismo protocolo lo realizó con historiadores del resto de España para elaborar su monumental obra El holocausto español. Cecilio Gordillo fue uno de los que estuvo en el parador.

Semana trágica en Andalucía
En el homenaje que el PSOE rindió ayer a estos fusilados, alguien habló de semana trágica de Andalucía. No le falta razón. Si ahora, cada 10 de agosto los honores institucionales en torno a Blas Infante eclipsan el protagonismo de quienes murieron a su lado, en aquel verano del 36 la alevosa muerte del notario de Casares debió pasar desapercibida ante el cúmulo de horrores.

Más fusilamientos el 10 de agosto
El mismo 10 de agosto llega a Lora del Río la columna comandada por el terrateniente Ramón de Carranza. Entre los arrestos que se practican, se les acusa, dice Preston, "desde haber ondeado una bandera republicana en el balcón de su casa hasta haber expresado públicamente su admiración por Roosevelt". El 10 de agosto la columna del comandante Francisco Buiza Fernández-Palacios sale de El Pedroso en dirección a Constantina, donde los anarquistas han asesinado a noventa derechistas. Antes del amanecer del 12 de agosto, la columna siguió su avance para tomar Cazalla de la Sierra.

Ejecutados cordobeses
Preston se refiere a Blas Infante como "intelectual", sin ninguna mención a su condición de andalucista. La única referencia autonómica aparece al mencionar a Gregorio Azaña Cuevas. El sobrino de Manuel Azaña era fiscal de la Audiencia Provincial de Córdoba. Ffue detenido y posteriormente ejecutado junto a parlamentarios cordobeses cuando tenía previsto acudir a una reunión en la que se iba a discutir el Estatuto de autonomía andaluza.

Kilómetro cuatro de la carretera de Carmona
Si en el bando nacional se tomaron represalias contra quienes se significaron en la derrota de la sanjurjada, en el republicano, en sus excesos, pasó algo parecido con quienes tuvieron relación con el fracaso de la revolución de octubre de 1934 en Asturias. Preston menciona dos episodios que se inician el 11 de agosto, en las horas que siguen al quíntuple fusilamiento del kilómetro cuatro de la carretera de Carmona.

Fusilados el alcalde de Málaga y el general López Ochoa
Ese día, una patrulla de la FAI, tras la denuncia de una criada, detiene a Benito Ortega Muñoz. Su único delito, haber sido impuesto como alcalde de Málaga tras los sucesos de octubre de 1934. Fue fusilado el 30 de agosto. Más dramático es el final del general López Ochoa. El 11 de agosto las autoridades republicanas lo expulsan del Ejército por su participación en apagar la revolución de octubre. "La difusión de la noticia pudo ser lo que provocó su asesinato", dice Preston. Para protegerlo, llevan al general al hospital militar de Carabanchel. El 17 de agosto, unos anarquistas lo sacan en un ataúd, drogado con morfina para que pareciera muerto. Cuando se descubre la artimaña, uno de los milicianos lo saca del ataúd y es ejecutado en los jardines del hospital. Posteriormente es decapitado y su cabeza clavada en una estaca por las calles de Madrid con la frase Éste es el asesino de Asturias.

Queipo de Llano
Semana trágica, ciertamente. La que va desde el fusilamiento de Blas Infante en Sevilla al de Federico García Lorca en Granada. Antes se va a producir el trágico final del general Campins, que un mes antes había tomado posesión como comandante de la región militar. Permaneció leal a la República, el 14 de agosto es juzgado en Sevilla por rebelión y el 16 lo fusilan.  Cuando siente el cerco, envía un telegrama a su amigo Francisco Franco, con quien coincidió como subdirector en la Academia de Zaragoza. "Al parecer Franco envió varias cartas (a Queipo de Llano) en las que solicitaba clemencia para Campins, pero Queipo las rompió".

Franco pidió la extradicción de  Companys y fue fusilado
Franco le devolvió la jugada a Queipo de Llano cuando éste insinuó por la radio que Lluis Companys, presidente de la Generalitat de Cataluña, se había salvado del pelotón de fusilamiento por su heroico comportamiento salvando la vida de cientos de religiosos a los que en una fase de implacable persecución anticlerical consiguió meter en barcos que salían del puerto de Barcelona. Franco pidió a Francia la extradicción de Companys y fue fusilado.

Fusilados ocho ex alcaldes granadinos
Ocho ex alcaldes republicanos de Granada murieron fusilados en 1936. Uno de ellos, Manuel Fernández Montesinos, era cuñado de Federico García Lorca, marido de una hermana del poeta, Concha, a la que pretendía el ultraderechista granadino Horacio Roldán Quesada. El 16 de agosto, la Guardia Civil se presentó en casa de la familia Rosales y se llevó detenido al autor de Yerma, fusilado dos días después junto al maestro de escuela discapacitado Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. El ex diputado de la CEDA Manuel Ruiz Alonso, denunció a Lorca de ser espía de los rusos. Si el final no fuera trágico, se podría añadir el episodio, que Preston documenta en el libro sobre literatura y Guerra Civil de Andrés Trapiello, de un Antonio Machado arrestado en una cafetería de Chamberí cuando un miliciano "lo tomó por un cura". Al profesor José León Trejo lo fusilaron porque siendo gobernador civil de Guadalajara había ordenado la detención del cardenal Segura.

Fusilamientos el 16 de agosto
En esos días de agosto fueron juzgados en Barcelona (11 de agosto) y Madrid (15 de agosto) los generales Manuel Goded y Joaquín Fanjul, respectivos cabecillas del Alzamiento en las dos principales ciudades del país, donde fracasó el golpe. El caso de Fanjul fue especialmente dramático. Cuenta Preston que el tribunal lo presidía el juez Mariano Gómez González, el mismo que juzgó a Sanjurjo tras el golpe de 1932. Fanjul, abogado, asumió su propia defensa. El 16 de agosto fue declarado culpable y antes de ser fusilado, el 17, viudo, se casó con su amante, Luisa Aguado Cuadrillero.

193 prisioneros ejecutados
Al amanecer del 11 de agosto, una expedición de 322 presos  recluidos en la catedral de Jaén llegaron en camiones al enlace ferroviario de Espeluy. El gobernador civil pensó que ese traslado a la cárcel de Alcalá de Henares evitaría una baño de sangre. La buena intención acabó en carnicería. Milicianos anarquistas los esperaban en Atocha. 193 prisioneros fueron ejecutados en grupos de 25. Uno de ellos, Manuel Basulto, obispo de Jaén. A su hermana Teresa la ejecutó una miliciana.

Fusilamiento de Lorca
El mismo 18 de agosto en que fusilan a García Lorca, la columna Hierro, formada por estibadores de Valencia, obreros metalúrgicos de Sagunto y delincuentes comunes, proclama en Mora de Rubielos (Teruel) el comunismo libertario y la abolición del dinero.

Dos mil combatientes fueron hechos prisioneros y fusilados
El 11 de agosto se produce la toma de contacto entre los ejércitos del Norte, que comanda Mola, y del Sur, con el general Yagüe. Éste toma Badajoz el 14 de agosto. Dos mil combatientes son hechos prisioneros y fusilados sin juicio en la plaza de toros.

La muerte llamaba a la muerte
La muerte llamaba a la muerte. El fallecimiento de Onésimo Redondo en el frente provocó el fusilamiento de Manuel Ciges, gobernador civil de Ávila, padre del actor Luis Ciges. En Málaga, Guadalajara y Santander los bombardeos rebeldes produjeron reacciones cruentas de los milicianos.

52 guardias civiles murieron
El puerto de Cartagena era un punto neurálgico de las tropas republicanas. Allí llegaron los tanques y aviones de caza soviéticos.  En Alicante el Alzamiento fracasó y algunos de sus inductores fueron confinados a mediados de agosto en el barco-prisión Río Sil, a bordo del cual fueron trasladados a Cartagena y ejecutados a mediados de agosto. "Empezaron a aparecer cadáveres en las playas y en los campos", dice Preston. Asi murieron el 16 de agosto 52 de los casi 400 guardias civiles recluidos. Dice Bartolomé Bennassar en su biografía de Franco que algunos de los militares que se rebelaron contra sus oficiales actuaron inspirados por la visión de la película El acorazado Potenkim.

* Reportaje extraído de Diario de Sevilla. Autor Francisco Correal