Las negociaciones entre PP y Cs para formar gobierno en Andalucía están siendo mucho más complicadas de lo que imaginaba inicialmente el PP, ansioso de cerrar cuanto antes un acuerdo para el que los naranjas no tienen prisa alguna.

Aunque hay diferencias programáticas –significativas pero no insalvables– entre ambos partidos, sobre todo en materia de regeneración democrática, la conducta remolona de Ciudadanos parece obedecer a una estrategia deliberada de su dirección nacional, temerosa de que la inclusión de Vox en la foto final del pacto perjudique sus expectativas electorales.

Este jueves, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, ha vuelto a meterle prisa a Ciudadanos urgiéndolo a firmar “un gran acuerdo” antes del día 27, fecha de constitución de la Mesa del Parlamento. Si no es así, ha advertido el líder conservador, los populares presentarán su propio candidato para presidir la Cámara.

Vox eleva el tono

De hecho, el líder nacional de Vox, Santiago Abascal, ha revelado a una emisora de radio que su partido ya estaba en conversaciones con el PP para la configuración de la Mesa del Parlamento, aunque ambos partidos solo suman 38 diputados, los mismos que Cs y Adelante Andalucía, pero 16 menos que los que reúnen PSOE y Cs. Se desconoce si estos tres últimos partidos están negociando en serio y a fondo sobre la Mesa o simplemente mantienen contactos informales.

Sin desmentir rotundamente a Abascal, fuentes del PP andaluz matizaron a Europa Press que "hablar podemos hablar, pero negociar solo con Cs. Si desde Vox nos llaman, obviamente hablaremos pero negociar es otra cosa".

Sea como fuere, el PP se impacienta y Vox empieza a enfadarse. A Abascal le parece una "mamarrachada" que Ciudadanos pueda pactar con los socialistas la Presidencia del Parlamento de Andalucía a cambio de que permitan investidura de un Ejecutivo de PP y Cs.

"Una cosa rarísima"

El líder ultraderechista no oculta su irritación en declaraciones a esRadio: “Cs quiere hacer una cosa rarísima: pretende que el acuerdo con el PP para que ellos sean gobierno y tengan consejeros, lo vote Vox, pero sin ni siquiera llamar a Vox para pedirle el voto; es más, insultando a Vox sistemáticamente, llámandonos populistas".

Vox ya tiene claro que quiere tener representación en la Mesa del Parlamento, lo que significa que si Cs quiere la Presidencia de la Cámara apoyándose en el PP, Vox tendría que entrar en el acuerdo con sus 12 escaños, ya que PP y Cs solo suman 47, tres menos que la izquierda.

El escollo principal de ese escenario es que Cs no quiere que el día 27 el titular de los periódicos sea este: “Cs presidirá el Parlamento andaluz con los votos de la extrema derecha”.

El "desmontaje" de Canal Sur

Los ultras no pretenden imponer su programa de máximos, pero no renuncian, por ejemplo, a lo que sin mayores precisiones Abascal denomina “el desmontaje de Canal Sur”.

Vox no quiere se sea “tan gravoso para los andaluces”, aunque lo cierto es que la única manera efectiva de reducir su coste sería con despidos, de por sí bastante gravosos y arrostrando sus ejecutores un fuerte desgaste político teniendo en cuenta la fortaleza de los sindicatos en la RTVA.

Las declaraciones de Abascal hicieron reaccionar unas horas después a los socialistas. El coordinador del Consejo Territorial del PSOE de Andalucía, Miguel Ángel Heredia, alertaba de que el PP-A y Vox "se han quitado la careta" y han empezado a negociar de cara a un futuro acuerdo para la gobernabilidad de Andalucía, informa Europa Press.

Los socialistas saben el Vox es el flanco débil de Cs y no dejan pasar ocasión de hostigar por ese lado a los naranjas: Heredia ha exigido a Albert Rivera que aclare si conoce que se vayan a dar estas reuniones, si las "avala" o "autoriza" y, sobre todo, si va a participar de ellas o va a "sentirse vinculado" hacia los acuerdos que se alcancen.