El siguiente paso que ha de dar Andalucía se está retrasando. Todo porque entre PP y Ciudadanos no se consigue una negociación en la que se llegue a un acuerdo respecto a los cargos imputados por corrupción. Por su parte, el Partido Popular cree que este asunto es algo que debería resolverse dentro de un contexto nacional, mientras que Ciudadanos propone tratarlo a un nivel menor, según informa Público.

Todos los temas de regeneración democrática han sido los que Ciudadanos escogió para romper el acuerdo de investidura con el PSOE de Andalucía, algo que se proyectó el pasado 2 de diciembre. Por eso, Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucía, compartió en una entrevista de la Cadena Cope que le pide al Partido Popular “lo mismo” que en su día le reclamó al PSOE de Andalucía y afirmó que Manuel Chaves y José Antonio Griñan, expresidentes de la Junta, juzgados por los ERE, tuvieron que dejar sus actas en el Congreso y Parlamento andaluz para poder llegar a un acuerdo con la pasada legislatura entre el PSOE y Ciudadanos.

Por eso ahora su partido no va a bajarle el listón de la altura a la que se la pusieron los socialistas por los temas de corrupción que afectaban, no solo a miembros del Gobierno sino a alcaldes y concejales también. Este es el motivo por el que el PP tiene aun asuntos abiertos en varias provincias, como Granada y Málaga.

Incluso el mismo Juanma Moreno, presidente del PP en Andalucía y candidato a la presidencia, tendrá que lidiar con las afirmaciones de Arturo González Panero, exalcalde conservador de Boadilla del Monte, en la causa abierta en la Audiencia Nacional sobre la financiación ilegal del PP; aunque no se prevé que vaya a salir imputado por ello.

Como testigo, fue González Panero quien le dijo al magistrado José de la Mata que el entonces secretario de Política Local en el Ejecutivo de Rajoy que Luis Bárcenas le presionaba para adjudicar contratos municipales a empresas concretas a cambio de dinero. Además, agregó que Moreno se limitó a darle las gracias y decirle que lo tendría en cuenta.

Albert Rivera dijo, el pasado viernes en una conferencia-coloquio: “Creo que un Gobierno de la Junta sería mucho mejor que lo encabezara alguien limpio de corrupción, alguien que no tuviera asuntos pendientes en los juzgados. Imagínese que ponemos en marcha el Gobierno y el señor Moreno, por la Kitchen, por Bárcenas o por lo que sea, lo vemos declarando en los juzgados o su partido vuelve a ser condenado por Bárcenas. Después de los ERE, sería tela”. En resumidas cuentas, los problemas del PP con la justicia es una de las razones que impiden PP y Ciudadanos pacten para formar gobierno.

Ciudadanos pretende que el Partido Popular firme lo mismo que en su día ya hizo Mariano Rajoy en 2016 con Rivera. Pero por el momento, Moreno se resiste. El punto 93 que se atasca en este tira y afloja dice así: “El Partido Popular y Ciudadanos se comprometen a la separación inmediata de los cargos públicos que hayan sido imputados formalmente o encausados por delitos de corrupción, hasta la resolución definitiva del procedimiento judicial. Asimismo, se comprometen a que las personas que se encuentren en dicha situación no puedan ser incorporadas en las candidaturas electorales ni ser nombrados para desempeñar cargos públicos. Adicionalmente, los partidos firmantes se comprometen, a través de un Pacto de Estado por la Regeneración y la Calidad de la Democracia, a hacer extensivo estos compromisos y a concretar sus efectos al resto de las fuerzas políticas”.

Pero a pesar de las discrepancias, Juan Marín se ha mostrado dispuesto a llevar a cabo un acuerdo con el Partido Popular y aseguró que el PSOE “se irá a la oposición”, partido al que ha reprochado su mensaje de “cuidado que viene la derecha”. Así fue cómo, tajantemente, Marín señaló que “sí, habrá cambio en Andalucía y el PSOE-A se irá a la oposición, que es donde lo han puesto los andaluces”. Marín ha criticado que el PSOE se mueva con mensajes como el de “cuidado que viene la derecha”, teniendo en cuenta que antes no consideraba a Ciudadanos como tal porque tenían un pacto de investidura. Para Marín, esto de “la izquierda y derecha”, esa política “rancia”, está “muy superado”.

El Partido Popular también cree que las negociaciones van por buen camino, concretamente: “en la buena línea”, y que así seguirán hasta que haya un acuerdo definitivo. Según informa Europa Press, fuentes de Génova consideran que la negociación marcha “bien” y que se van a cumplir los plazos marcados para presentar un acuerdo antes del 27 de diciembre, día en que se constituye el Parlamento de Andalucía. En caso de que ese momento llegue y el pacto no se haya consumado, el presidente del PP consideró que sería un “fracaso absoluto” y que “ya veremos” qué pasa.

Además de las trabas con los asuntos de corrupción, existe también para que el pacto llegue a buen puerto el impedimento de que Vox, un partido de ultraderecha, antiestatutario, antifeminista, antieuropeísta y xenófobo, es el mayor aliado que necesitan PP y Ciudadanos para consumar su acuerdo. Aunque Ciudadanos preferiría no tener que contar con ellos para gobernar. Moreno y Marín suman 47 escaños, en conjunto, y necesitan al menos 8 de Vox para la mayoría absoluta y 4 para superar los 50 votos negativos del PSOE y Adelante Andalucía.

Este miércoles, su portavoz en Andalucía, Francisco Serrano, condenado por prevaricación, se unió a la estrategia del PP metiendo prisa a Ciudadanos vía Twitter. Allí manifestó que mientras PP y Ciudadanos “deshojan la margarita para buscar un pacto de gobierno, en Vox celebramos el adviento, teniendo claro que con las uvas muchos andaluces querrán celebrar el cambio y el total finiquito del régimen socialista”.