Ciudadanos no tendrá representación tampoco en el parlamento andaluz. La formación naranja, que gobernaba en coalición hasta hace unas semanas, no ha obtenido ningún representante en las elecciones autonómicas de este domingo de 19 de junio, continuando de esta manera la caída en picado que viven desde que Albert Rivera decidiera abandonar el centro político para aliarse con la derecha y la extrema derecha.

En concreto, en solamente tres años y medio, Ciudadanos ha perdido 21 escaños, dejándose más de medio millón de votos. Pese a que en esta ocasión la formación naranja ha optado por una estrategia mucho más moderada, marcando distancias sobre todo con Vox, tampoco le ha funcionado, puesto que la inmensa mayoría de los votos que obtuvieron en los comicios de diciembre de 2018 han ido a parar en esta ocasión para el Partido Popular.

Marín anuncia su dimisión: "Creo que es mi responsabilidad"

Tras el enésimo hundimiento de los naranjas, el candidato de Cs a la Junta de Andalucía, Juan Marín, ha anunciado que este lunes por la mañana presentará su dimisión. "Creo que es mi responsabilidad", ha señalado este en rueda de prensa, apelando a "entrar con dignidad y marcharse con dignidad" de la política.

Sin embargo, pese al batacazo electoral, Marín ha celebrado que Vox se haya quedado fuera de la Junta. "Era uno de los objetivos [...] Felicito a Moreno Bonilla por este resultado", ha sentenciado el dirigente naranja.

En clave nacional

Los catastróficos resultados de Ciudadanos en Andalucía tendrán una inmediata lectura en clave nacional, ya que el partido se enfrenta a una difícil situación para sobrevivir ya que en un solo año han pasado de coogobernar en Castilla y León, Madrid y Andalucía a convertirse en un partido extraparlamentario en esas dos últimas regiones, mientras que solo tiene un escaño en la región castellana.

Los comicios de este domingo no han hecho más que confirmar esa tendencia ya vista en otras elecciones autonómicas, como las de la Comunidad de Madrid en 2021 o las de Castilla y León de este mismo año, después de la herida abierta en el partido tras las elecciones generales de noviembre de 2019.

Ciudadanos desapareció de la Asamblea General madrileña, lo que aceleró la decadencia ya iniciada tras las generales. Perdió medio millón de votos y vio frustrado su objetivo de recuperar el poder en la Comunidad de Madrid, donde también gobernaba con el PP.

En Castilla y León continuó la sangría de votos, consiguió una exigua representación y pasó a la irrelevancia, sin grupo parlamentario.

Una situación que viene de lejos

La debacle de Ciudadanos arrancó tras las generales de noviembre de 2019, la repetición de las que habían tenido lugar en abril del mismo año y en las que había logrado su mejor resultado al convertirse, con 57 escaños, en la tercera fuerza del Congreso.

Todo se torció en seis meses tras la repetición de las elecciones generales ya que la formación 'naranja' perdió 2,5 millones de votos y sólo logró diez diputados.

Albert Rivera salió de Ciudadanos, pero la actual presidenta, Inés Arrimadas, no ha dejado de acumular fracasos. Uno de los más sonados fue en las elecciones catalanas de febrero de 2021. El resultado fue uno de los golpes más duros para el partido, que venía de ganar en 2017 con la líder 'naranja' como cabeza de cartel. Se desplomó y perdió cerca de un millón de votos, 30 escaños y pasó de primera a séptima fuerza, por detrás de Vox.

Apenas un mes después, las cosas siguieron poniéndose feas. En Murcia, en marzo de 2021, los 'naranjas' se aliaron con el PSOE para echar al PP del gobierno murciano y del ejecutivo municipal de Murcia. El presidente autonómico, el 'popular' Fernando López-Miras, logró que varios diputados de Cs y otros previamente expulsados de Vox votaran en contra de la moción de censura, impidiendo que prosperase. Como consecuencia, Cs perdió el poder en Murcia y tuvo que ver, además, cómo tres de sus diputados se convertían en tránsfugas.