Las alarmas sanitarias ya habían saltado en Granada, la mayor ciudad andaluza con una tasa de contagios superior a 500 por cada 100.000 habitantes, pero este fin de semana las luces rojas se han disparado tras constatarse la proliferación de botellones que las 90 denuncias –solo el sábado– de los vecinos no lograron desactivar. La Policía Local se vio desbordada.

Aun así, el Ayuntamiento de Granada ha postergado hasta el miércoles 14 la celebración “con carácter de urgencia” de una reunión extraordinaria de la Junta Local de Seguridad, que presidirá el alcalde Luis Salvador (Cs) y en la que también participarán representantes de la Universidad y del sector hostelero.

Mientras, la viceportavoz socialista en el Ayuntamiento de Granada, Raquel Ruz, reclamó ayer la dimisión del teniente de alcalde y delegado de Protección Ciudadana y Movilidad, César Díaz (PP), por "permitir" las aglomeraciones del sábado y "ser incapaz de haber previsto un dispositivo policial" que disolviese las concentraciones que, "desde toda la tarde y hasta la madrugada", hubo en el centro.

La mayor parte de las 90 denuncias registradas durante la noche y la madrugada del sábado fueron por ruidos en pisos por fiestas, botellón en la calle, no usar la mascarilla, e incluso una concentración de madrugada que se hizo viral en redes sociales.

El consejal César Díaz lamentó que, pese a haber contado "con más efectivos que nunca, este tipo de infracciones siguen sucediéndose y los agentes se ha visto desbordados debido al número de actuaciones al que tienen que hacer frente".