Este martes Ciudadanos daba un vuelco al hastío veraniego y convocaba para las cinco de la tarde una comparecencia en el Congreso. Al finalizar, Albert Rivera se había convertido en el líder de la oposición.La RAE define al líder como el que va a la cabeza entre los de su clase y Rivera lo sabe; por eso ha dado un paso adelante y ha ocupado el espacio propio de Pedro Sánchez. Tradicionalmente en España los líderes de la oposición han sido los representantes de los partidos más votados, pero nuevos tiempos, nuevas construcciones.Los grandes partidos, a más de 270 días de las elecciones de diciembre y a más de 40 de las de junio, solo han logrado ponerse de acuerdo en no querer repetir unos nuevos comicios, pero más allá de esta afirmación, innegablemente lo contrario nunca podrían decirlo, no han existido grandes movimientos. Solo Ciudadanos, y en un acto de generosidad, movió su no hasta una abstención para facilitar la creación de un Gobierno, en la esperanza que el Partido Socialista dejara de pensar en sí mismo y comenzara a hacer algo por lo españoles. Sin embargo, los días han pasado y cual pequeño caprichoso y maleducado Pedro Sánchez se ha enrocado en un NO es NO.Rivera ha dado un paso más en eso que se llama nueva democracia, aquélla que mira más por los españoles que por los intereses partidistas. Ciudadanos ha puesto sobre la mesa seis propuestas, seis puntos cuya aceptación no va a dar un Sí automático a Rajoy; pero son la base de un futuro acuerdo que permita la gobernabilidad de un país que necesita más que nunca mirar hacia adelante y no perderse en callejones y palabras oscuras. España no puede permitirse mostrar a Europa una actitud inmovilista, más propia de pensamientos absolutistas que de una de las naciones llamadas a ser de las más prósperas del mundo: los partidos no son reinos de taifas y sus representantes deben recordar que han venido a servir y no a ser servidos.Y es que el Partido Socialista aún no se ha dado cuenta de la fuerza que tiene un buen líder de la oposición cuando frente a él hay un Gobierno en minoría. Esta afirmación podría devenir ociosa y hasta gratuita si no fuera porque los ojos y los oídos de sus militantes han visto y han escuchado cómo Ciudadanos ha logrado aprobar grandes medidas de carácter social, fiscal y de regeneración democrática desde la oposición: en Andalucía se ha rebajado el IRPF dos puntos y se ha dado un primer paso para la eliminación del confiscatorio Impuesto de Sucesiones, apoyando a las clases medias y a los pequeños agricultores, mientras que en Madrid el PP ha tenido que eliminar los aforamientos y aprobar una ley contra la LGTBIfobia consensuada por todos y abanderada por la formación de Rivera, como pilar para favorecer una convivencia basada en el respeto y la dignidad de las personas.Otros prefieren guardar silencio, pensando que elegir al avestruz como animal de compañía puede ayudar a resolver los problemas de España. Pablo Iglesias no está ni se le espera, pero como dijo Don Quijote “cosas veredes, amigo Sancho, que harán hablar a las piedras”; que tenga cuidado Pedro Sánchez y su estudiado NO, vaya a ser que Iglesias se abstenga y Podemos quede, aunque no lo sea, como un partido de Estado.Mientras tanto, los votantes de Ciudadanos deben felicitarse por haber apoyado a un político con visión de Estado.(*) Maximiliano Maqueda es Letrado en ejercicio, bibliófilo y sevillano comprometido con Ciudadanos.