Siempre creí, desde pequeño, que la política y el lenguaje habían andado bastante enmarañados de modo que el concepto de 'obras públicas' era la forma natural y conveniente de llamar al departamento gubernamental que se ocupaba de las carreteras, los trenes y los aeropuertos, las calles y las plazas, las grandes construcciones, los semáforos y las farolas del alumbrado y, en suma, todo lo que estaba a disposición de los ciudadanos para el uso y disfrute de los espacios públicos comunes. Pero claro, después supe que a los ciudadanos se les decía “ciudadanía” y “gente” y al conjunto de construcciones que yo conocía por “obras públicas” se le decía también “fomento”. Así, los regímenes fascistas y parafascistas llamaron a los ministros de deportes “Ministro Secretario General del Movimiento”, no porque la instrucción física tuviera nada que ver con el “Movimiento” sino porque en los regímenes autoritarios, fascistas o parafascistas se procuraba monopolizar el deporte desde la política para así ejercer la dictadura sobre el ocio y además sobre la cultura, en especial, la infantil y juvenil, mientras en los democráticos la educación física y el deporte forman parte o son una parte integrante de la cultura.

Pues eso, que el pasado miércoles nos visitó por fin en Granada el flamante Ministro de Fomento (que ahora no es el de Obras Públicas) aunque se le ha cerrado la barba de tanto desvelo, para ver por qué en Granada las comunicaciones son tan problemáticas que, basta con mentarlas para que nos empiecen a doler la cabeza y el bolsillo a todos, empezando por el alcalde y los presidentes del Gobierno y Comunidad de turno, en circunstancias normales porque, si se trata de alcaldes o presidentes del PP, no se puede generalizar como “de turno” sino “de dígito”.

Pues eso, que decía el señor Avalos que había oído rumores de que la ciudadanía de Granada y, por extensión, sus representantes y autoridades andaban más que desvelados por la desatención nacional al ferrocarril, saliendo como estamos recién salidos de la desatención más lastimosa hacia nuestras carreteras. Y avanzando como se avanzaba a otra situación también lastimosa que hiciera semejante la desatención del PSOE a la anterior tan criticada del PP, se han dado las condiciones necesarias para que el ministro Ábalos se haya dignado bajar a conocernos afeitado y, de camino, conocer  nuestro tan intenso y cacareado aislamiento que incluye la falta de doble vía del AVE, la construcción inmediata de una estación en la capital, el soterramiento del tren por la misma, la reactivación de la línea por Moreda y los enlaces por Linares-Baeza hacia Levante y Madrid.

Y henos aquí que, cuando estos temas más nos acucian, el Gobierno Central se siente más urgido por la avalancha de presiones por actuaciones presuntamente irresponsables de varios de sus Ministros en avalanchas sucesivas, como son la ministra de Sanidad, la de Justicia y el de Ciencia, Tecnología y Universidades, circunstancias que se explican por la presión del PP y de algún que otro personaje oscuro y de conducta irregular, como el famoso ex-comisario Villarejo, que parece haber filtrado informaciones problemáticas en sucesivas cascadas en las últimas semanas, tanto y  tantas que parecen haberse abierto las cloacas de la Tierra y arrojado sobre nuestras narices un hedor irrespirable, que son ya cuatro las vísceras de ministros y ministras acumuladas sucesivamente para ser inmoladas a favor de la  supuesta paz política y social.

Y habrá que pensar en un reforzamiento de los equipos técnicos para asesorar en igualdad a jueces, fiscales y policías en el ejercicio de sus funciones, también a quienes hayan delinquido o podido delinquir, y a las víctimas. Y vayamos haciendo simulacros de la financiación legal y viendo de dónde se saca, si de la Administración Central, de la Autonómica o de la Municipal y echémosle mientras tanto muchísimas guindas al pavo. Y que los Supermanes Ábalos, Duque, Delgado, Marlasca, Montero etc. se vayan atando los machos para sacar patillas donde no hay pelo y su Presidente predique en el desierto de la ONU y en California y anuncie para dos mil diecinueve una visita oficial a Cuba a ver si para entonces le queda agenda o está  sentado en su puerta viendo pasar el cadáver de su enemigo y siguiendo el consejo gremial de los panaderos de Alfacar: si quieres conservarte fuerte y sano, come pan de Mariano, famoso, moderno y atrevido eslogan de un joven panificador alfacarí.