José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, ha vuelto a faltar a sus promesas. Esta vez, en una de sus reformas estrellas, la de la mítica plaza de la Puerta del Sol. Aunque todo estaba previsto para la celebración del gran acto de inauguración en el Ayuntamiento de Madrid, éste no tendrá lugar. La Puerta del Sol, cuyas obras comenzaron el 22 de marzo de 2022, no contará con una inauguración debido a los plazos electorales y, pese a que se abrirá al público, será más tarde de lo previsto y sin la presencia del alcalde.

Así lo ha asegurado Martínez-Almeida en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, señalando que “inauguración como tal no va a haber”. “Estamos ya en periodo electoral y queremos ser extraordinariamente respetuosos, y no puede haber inauguraciones ni actos oficiales por parte del Ayuntamiento”, ha añadido.

La fecha seleccionada por Paloma García Romero, delegada del área de Obras y Equipamientos, era el día 3 de abril para la apertura de la nueva Puerta del Sol a los ciudadanos, pero la convocatoria de elecciones municipales y regionales en todo el país en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un día después, impide inauguraciones. “Queremos ser extremadamente respetuosos con la ley electoral”, ha dicho Almeida.

No obstante, la plaza no estará lista para este día. “Lo que sí puedo decir es que va a estar inaugurada a partir de la semana del 3 de abril, salvo la estatua [de Carlos III], que el traslado se puede producir 10 o 15 días después. En ese sentido, no va a haber inauguración como tal, queremos ser respetuosos. Disfrute de los madrileños, estoy seguro de que sí se va a producir”, ha detallado el alcalde.

Así, la apertura de la Puerta del Sol no contará finalmente con la nueva ubicación de la estatua de Carlos III, que hasta el momento ha estado en el centro de la plaza y tras la reforma pasará a un rincón; tampoco se abrirá la nueva fuente de la plaza, que hace desaparecer a las dos anteriores; y la entrada al Cercanías, conocida como ‘la ballena’, no se habrá cambiado tampoco.

Adiós a ‘la pecera’

Uno de los elementos que eran protagonistas en el proyecto de remodelación de la Puerta del Sol era el cambio de la entrada al Cercanías, que se contemplaba sustituir la actual entrada conocida como ‘la ballena’ por un pabellón transparente con el objetivo de “liberar a la plaza de unos obstáculos que impedían una visión total del espacio”.

Este pabellón tendrá forma oval, de manera que no se formarán ángulos que impidan la vista, integrándose también con las formas curvas de las fachadas de la plaza, tal como informó en su momento el consistorio.

Promesas incumplidas de Almeida

Quizás, la remodelación de la Puerta del Sol era el proyecto estrella de Martínez-Almeida en esta legislatura. Pero, al igual que con otros proyectos, el alcalde ha incumplido los plazos y no llega a tiempo. En estos cuatro años de alcaldía, el ‘popular’ ha sido objeto de críticas y reproches por no cumplir con las promesas que había hecho.

Así, hay que añadir a su historial el soterramiento de la A-5, ya que nada ha cambiado para los vecinos que tienen que vivir en las inmediaciones de esta carretera, lo mismo que con el cierre de Valdemingómez, la zona madrileña en la que es imposible vivir por la incineradora. También se han talado miles y miles de árboles, el 010 no funciona correctamente o Almeida ha sido cómplice de la falta de pediatras.

Además, el secuestro del espacio público no solo ha llegado de la mano del cemento y los adoquines, sino también con la privatización, externalización de servicios municipales a través de conciertos privados. Esto último ha ocurrido en los centros deportivos de La Cebada, el Parque Móvil de Chamberí o la piscina de El Quijote.

La chapuza con el carril bici

A todo ello hay que sumar la chapuza con el carril bici, pintado con pintura azul que se caía a trozos antes de que terminara la obra. Concretamente, se trata del carril bici que Almeida ha impulsado en el madrileño Paseo de la Castellana, que había prometido llevar desde la plaza de Castilla hasta Atocha, pero que se ha quedado en la actualidad en Raimundo Fernández Villaverde, lo que supone un tercio de lo prometido.

Además, este carril bici se desarrolló fuera de la norma según la IDVP (Instrucción para el Diseño de la Vía Pública) y tampoco seguía el manual de diseño del propio Ayuntamiento. Se pintó, a su vez, completamente de azul y con un material inadecuado, y sin poner una capa de slurry tintando de rojo encima.