Lo que no consiguió el fiscal con sus preguntas lo ha conseguido con las suyas el presidente del tribunal del caso de los ERE, Juan Antonio Calle: poner en apuros al exconsejero de Empleo Antonio Fernández. Una vez concluido el prolijo interrogatorio de su abogado defensor, Juan Antonio Calle se ha extendido durante no menos de una hora formulando a Fernández preguntas en busca de las contradicciones entre lo declarado en la vista oral y lo que declaró ante la juez instructora Mercedes Alaya.

Sí pero no, no pero sí

Al comienzo de su declaración, días atrás, Fernández dijo que no ratificaba la declaración hecha ante Alaya en abril de 2012 pero que tampoco se retractaba de lo dicho entonces. Al juez no le gustó ese ‘nadar y guardar la ropa’ del procesado y así se lo hizo saber cuando Fernández anunció que no ratificaría su declaración porque, según justificó, estaba agotado tras los larguísimos interrogatorios y además se sintió acosado y con sus derechos conculcados. 

De poco han servido las quejas de su letrado, Alfonso Martínez del Hoyo, con cuyo interrogatorio ha ido construyendo un relato de los hechos alternativo de la instrucción. Si su cliente no contesta no es por cansancio, sino porque no quiere hacerlo, le ha espetado el juez a Del Hoyo.

Vacío normativo

Al juez Calle no le había quedado claro si había o no había vacío normativo en materia de concesión de ayudas sociolaborales. Durante la vista oral, Fernández ha reiterado que no existía vacío normativo alguno, pero el presidente del tribunal le ha recordado que ante Alaya dijo lo contrario.

El exconsejero ha intentado explicarlo: había una normativa genérica, que era la Orden Ministerial de 1995 y el reglamento andaluz sobre ayudas excepcionales, pero no había un desarrollo reglamentario y específico de dicha normativa.

El relato alternativo

La respuesta no pareció convencer del todo al magistrado, quien, en todo caso, hasta ahora solo había formulado preguntas circunstanciales y muy ocasionalmente a algún procesado, pero nunca había hecho como hoy un interrgotario en toda regla.

¿Por qué ese celo del magistrado con Fernández pero no con otros encausados? Las razones pueden ser de orden meramente técnico, pero también puede que al presidente del tribunal no le haya gustado la estrategia de defensa de Del Hoyo de construir con sus preguntas todo un relato alternativo que, a fin de cuentas, cuestiona que la propia pieza política del caso haya llegado a juicio.