Solo Ciudadanos se ha quedado fuera. Los otros cuatro partidos de la Cámara andaluza –PSOE, PP, Podemos e IU– votaron ayer favorablemente el dictamen del grupo de trabajo creado en el Parlamento para fijar la posición de la comunidad en la negociación del futuro modelo de financiación autonómica. A Ciudadanos le está costando explicar su negativa al consenso, que sus adversarios atribuyen directamente a una decisión de la dirección nacional del partido.

Lo más llamativo del acuerdo, aparte de que paradójicamente Ciudadanos no se haya sumado a él, es que sí lo haya hecho el PP, y ello a pesar incluso de que fueron rechazados los 23 votos particulares con los que quiso matizar su sí al dictamen final.

Los populares sospecharon que el PSOE quería dejarlos fuera del acuerdo e hicieron todo lo posible para impedirlo. ¿Mantendrá el PP andaluz su posición cuando el documento aprobado en Andalucía choque con la propuesta que en su día haga el Gobierno central? Es pronto para contestar a esa pregunta, pero los socialistas no dejan de hacerla una y otra vez.

Va para largo

No obstante el amplio acuerdo parlamentario, los partidos andaluces no tienen mucha confianza en que el Gobierno active por fin las negociaciones con los territorios para renovar un modelo de financiación caducado hace varios años. Es evidente, en cualquier caso, que el Ejecutivo central no tiene ninguna prisa en empezar a negociar.

El documento andaluz considera necesario afinar los criterios de ponderación de la población ajustada con nuevas variables como el número de universitarios matriculados en centros públicos, la tasa de paro, la población en riesgo de pobreza y exclusión social y el número de atendidos por el sistema de atención a la dependencia.

También apuesta por una nivelación total de todos los servicios públicos bajo el criterio de “igual financiación por habitante (ajustado) para cualquier ciudadano español, con independencia de su lugar de residencia y dado un mismo esfuerzo fiscal". Propone también ampliar el actual 50 por ciento del IRPF cedido a las autonomías y elevar los porcentajes cedidos del IVA y el de los Impuestos Especiales hasta el 70 por ciento.

Las razones de Cs

El presidente y portavoz, Juan Marín, fundamenta su negativa en que la propuesta andaluza obligaría necesariamente a subir los impuestos, lo que sería “a costa de la clase media trabajadora”.

También dice el partido naranja que el documento supone una renuncia a la igualdad entre todos los ciudadanos porque no rechaza el cupo vasco. Cs defiende igualmente un cierto principio de ordinalidad, según el cual, una vez distribuidos los fondos disponibles, las comunidades más prósperas no deberían perder posiciones en relación a las que menos aportan. Desde la izquierda se sostiene que ese planteamiento dificultaría toda más la convergencia entre unas comunidades y otras.