¿Es creíble que un consejero autorice personalmente seguir utilizando por su consejería un sistema de pagos que sabe que es ilegal, pudiendo endosarlo a otra consejería que lo reclama? ¿Y es creíble que esta otra consejería quiera arrostrar los riesgos de un comportamiento delictivo al reclamar para sí el pago de unas ayudas contrarias a la ley?

El detallado interrogatorio al que el fiscal sometió ayer al exconsejero de Innovación, Ciencia y Empresa Francisco Vallejo, fue ilustrativo de la inverosimilitud de muchas de las conductas que las acusaciones del caso de los ERE atribuyen a los 22 ex altos cargos de la Junta que se sientan en el banquillo por la denominada pieza del ‘procedimiento específico’.

Recuérdese que el Ministerio Público tiene que demostrar al tribunal que no simplemente que los encausados estaban aplicando un procedimiento ilegal de concesión de ayudas, sino que lo hacían siendo perfectamente conscientes de tal ilegalidad, pues en eso viene a consistir el delito de prevaricación. ¿El grado de compromiso con el delito era tal que ni aun pudiendo zafarse de él y desviarlo a otras personas y departamentos, quisieron hacerlo?

Discrepancias

En efecto, explicó ayer Vallejo a preguntas del fiscal Manuel Fernández, él mismo tomó la decisión mantener al IFA/IDEA como organismo pagador de las ayudas sociolaborales a trabajadores de empresas en crisis pese a que la consejería de Empleo que dirigía Antonio Fernández reclamaba conservar dicha competencia.

La discrepancia se produjo con motivo de la creación de macroconsejería de Innovación cuyo titular era Vallejo y entre cuyos centros directivos se incluyó IFA/IDEA, hasta ese momento asignado a Empleo.

División de funciones

Más pálido de lo habitual debido tal vez a la convalecencia de una intervención quirúrgica reciente pero muy directo y convincente en casi todas sus respuestas, Vallejo, que se juega en este juicio ocho años de cárcel y 30 de inhabilitación, insistió en que nunca fue advertido de que hubiera ilegalidad alguna en el hecho de que Empleo concediera las ayudas y el IFA las pagara. Ni siquiera, dijo, le prestó atención a esa división de funciones que la instrucción judicial del caso considera la piedra angular del edificio delictivo en cuyo diseño, construcción y mantenimiento habría participado decenas de políticos y altos funcionarios.

Nada raro

Vallejo negó conocer que la partida presupuestaria 31L con la que, año tras año, se pagaban las ayudas tuviera alguna singularidad distinta a otras partidas, al igual que negó haber apreciado algo raro o excepcional en el hecho de que un ente instrumental como el IFA pagara las ayudas: simplemente, tales entes son más ágiles y ágiles y sus presupuestos son indicativos y por tanto menos rígidos que los de otras instancias.

Los desfases

Insistió mucho el fiscal en los desfases contables en que incurría el IFA, que llegó a contabilizar en su tesorería más de 90 millones de euros en ayudas comprometidas por la Dirección General de Trabajo que el instituto no podía pagar porque Empleo no le había transferido el dinero. ¿No le extrañó esa situación contable?, preguntó el fiscal. En absoluto, contestó el exconsejero: se trataba simplemente de dinero que la Junta le debía a la Junta, no de una empresa privada a la que sus clientes le deben dinero que no sabe si cobrará.

“El IFA nunca pagó por encima del dinero que tenía, jamás”, enfatizó Vallejo, que rememoró las tensiones con la Consejería de Empleo precisamente porque ésta comprometía pagos pero luego no transfería al IFA los fondos suficientes para hacerlos efectivos. En su declaración en fase de instrucción, el exconsejero había dicho que el IFA/IDEA llegó a tener déficit: “Me equivoqué, nunca lo tuvo porque no puede tenerlo”, rectificó a preguntas del fiscal.

Ayudas excepcionales

Tampoco pasó por sus manos informe o advertencia alguna de la Intervención alertando de que las cosas no se estaban haciendo correctamente. Aunque subrayó que su departamento no otorgaba ni gestionaba las ayudas sociolaborales, sí explicó que, al contrario que otras líneas de ayuda a empresas viables pero en crisis que habilitó Innovación con el visto bueno de la Unión Europea, las de Empleo eran “ayudas excepcionales, es decir, que se otorgan con discrecionalidad, no con arbitrariedad”.

Complot insólito

Este miércoles por la mañana el exconsejero ha seguido ocupando el estrado para responder a las preguntas de su abogada, Encarnación Morillo. En sus respuestas a la letrada, el exconsejero dijo que no hubo “ni un solo convenio firmado por el IFA/IDEA que no fuera supervisado por la Intervención Delegada” y que tampoco hubo “jamás reproche alguno a la agencia por parte de ninguna instancia” ni alerta de ningún tipo relativa que el IFA no podía pagar las ayudas.

Vallejo también recalcó que le parece "insólito" que “durante 12 años cientos de personas" se pusieran de acuerdo para idear un sistema fraudulento para conceder ayudas "que también se daban en el Estado" y que durante ese tiempo "todo se haya hecho tan bien tan bien que no se haya filtrado nada" y que una década después se haya descubierto que "todos los expedientes estaban tan mal".